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La vida de una catalana en Afganistán, en 'Sense ficció'

La periodista Mònica Bernabé retrata el país en 'Vestida de negre'

Mònica Bernabé

Mònica Bernabé

OLGA LERÍN / BARCELONA

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Cuenta la periodista catalana Mònica Bernabé que cuando el pasado octubre regresó a casa, tras su larga estancia en Afganistán como reportera freelance -un total de ocho años-, vio en los escaparates muchas prendas negras. Enseguida se preguntó si esa era la tendencia de la moda. «Yo no quiero ir vestida de negro», se dijo a sí misma. Y tiene una explicación. Para pasar desapercibida en un país en guerra desde hace 30 años, se ha visto obligada a calzarse de negro de los pies a la cabeza durante todo este tiempo. «No me muevo como una afgana y, además, llevo una mochila, lo que llama la atención. Si voy de negro, la gente no se da tanta cuenta de que soy extranjera. Es la mejor medida de seguridad», añade. Y Vestida de negre es el título del reportaje que el martes por la noche emite Sense ficció, un retrato de la zona a cargo de la propia Bernabé.

Dirigido por Josep Morell,  con fotografía de Fernando Martín -ambos acompañaron durante dos semanas a la periodista por el país-, Vestida de negre es una narración en primera persona que mezcla fragmentos de una entrevista con Bernabé, incursiones sobre el terreno que la reportera va describiendo, imágenes grabadas por ella misma y algunas fotografías de la exposición Dones, Afganistan, que se puede ver en el Palau Robert hasta el próximo 15 de febrero. También incluye el testimonio de la cooperante María Cilleros, el fotoperiodista Gervasio Sánchez, el teniente coronel Juan Bustamante, la jugadora de fútbol Madina Azizi, la política Azita Rafaat y el traductor Goulam Haidar, entre otros.

La reportera confiesa que cuando la productora LaQuimera le propuso realizar este reportaje no lo tuvo nada claro:  «Me entraron muchas dudas, porque creo que el periodista nunca ha de ser el protagonista de la historia y me parecía una incoherencia». Pero una vez visto el resultado, esos temores se desvanecieron. «Mi preocupación era que la gente entendiera qué pasa en Afganistán, y creo que aquí queda bastante reflejado», concluye.

FÚTBOL EN KABUL // Vestida de negre se inicia en Kabul, una ciudad de cinco millones de habitantes donde impera el caos. Allí visita un campo de fútbol -lugares de ejecución para los talibanes-, donde hombres y mujeres comparten el mismo espacio público, algo nada habitual en una sociedad machista, conservadora y religiosa. «La entrada al partido fue un momento importante de tensión -recuerda-, porque la policía intentaba parar a la marabunta. Tú no sabes qué puede hacer un agente que carga con un Kalashnikov...». En Kabul recorre también la cárcel de mujeres, donde la mayoría cumplen condena por mantener relaciones fuera del matrimonio.

El reportaje visita, además, Kandahar, una ciudad muy peligrosa en la que Bernabé se ve obligada a vestir el burka. La cámara graba siempre desde el automóvil, nunca en la calle. Allí conversa con un mulá (guía espiritual) y entra en un hospital de la Cruz Roja que atiende a heridos y niños aquejados de malnutrición.

La periodista también se entrevista con un señor de la guerra, cuyas tropas arrasaron a personas de la etnia pastún, y con traductores afganos que trabajaron para el Ejército español y que el Gobierno de Madrid ha abandonado a su suerte, a la espera de obtener visados que les permitan viajar a España.