ENTREVISTA

Teresa Viejo: "Llegué al plató de 'La mañana' y me dije : 'Sé tú misma'"

La escritora y periodista ha sustituido a Mariló Montero al frente del matinal de TVE-1

TERESA VIEJO

TERESA VIEJO / periodico

OLGA LERÍN / BARCELONA

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Teresa Viejo –recalca que es una escritora que "de vez en cuando" hace periodismo– le gusta decir que ha vuelto a TVE para un ratito, el que ocupa en la parrilla 'La mañana', uno de los pilares de TVE-1. Durante las últimas semanas, Viejo ha sustituido a su titular, Mariló Montero. Es, comenta, como "volver a casa".

--Se ha quedado sin vacaciones… 

--Bueno, yo soy una persona con gran capacidad de adaptación y hace tiempo que no tengo vacaciones de un mes completo. Lo normal es que mis vacaciones las dedique a escribir. No necesito tirarme 15 días al sol. Todo lo contrario. Ya me resarciré en algún momento.

--¿Le dio muchas vueltas a ese regreso a TVE? 

--Sí. Lo que pasa es que soy muy intuitiva. Me encontraba en mitad de la promoción de mi novela 'Mientras llueva', y tuve varias reuniones con TVE. Antes de nada analicé con la editorial cómo manteníamos la campaña y de qué manera podríamos recuperarla en septiembre, que para mí era lo más importante. Se valoró que no habría problema para retomarla entonces.

--No debió de pedirle consejo a la titular de 'La mañana', Mariló... 

--Ni a ella ni a nadie. ¿Para qué? La primera persona que presentó 'Saber vivir', que es parte del bloque de 'La mañana', fui yo. Como le decía, soy muy intuitiva y me dejo guiar. Soy una persona que fluyo. Ni siquiera hice una pequeña introspección de cómo debía hacerlo. Simplemente llegué al plató, se encendió el piloto y me dije: "Sé tú misma".

--La veteranía es un grado. 

--Pues no lo sé. En mi caso es que disfruto mucho con el trabajo que hago. Y para lograrlo, te tienes que dejar llevar. Si estás pendiente de elementos que no son los que verdaderamente competen a lo que tienes que abordar en cada momento, estás rígida y no lo disfrutas. Esto me lo ha enseñado el hecho de escribir. Es como si planeases por la vida. La escritura es fantástica.

--Se lo comentaba por la visita que realizó Mariló a la redacción justo antes de incorporarse usted. 

--Vino a saludar a todos los compañeros. Para mí ha sido un reencuentro con TVE, porque he trabajado con muchos de ellos. Hoy, por ejemplo, he tenido a un realizador que estuvo conmigo en 'Rockopop'. TVE tiene esa especie de 'revival' y una gran carga emocional. Ese fue uno de los factores que me animó a dar el sí. He vuelto a la que fue mi casa.

--¿Qué han comentado con ese realizador? 

--Nos hemos preguntado por amigos comunes. Ha sido muy emocionante. El primer día que llegué al plató saludé a mis compañeros y todos me decían: "¿Te acuerdas de cuando hacíamos las mañanas?, ¿te acuerdas de cuando hacíamos tal programa?..."

--Ha dicho que este regreso ha sido muy tranquilo. 

--Es que es mi manera de trabajar. Tengo el pulso del trabajo, pero siempre voy con una sonrisa como tarjeta de presentación. No es algo impostado ni premeditado, porque me sale de natural. Le cuento una anécdota. Ayer estaba en casa con mi pareja y se oyó un estruendo, porque se había caído un cuadro inmenso. Era como si hubieran entrado a robar. Salí, miré qué había pasado y me dijo él: "Lo has gestionado con una calma…". Yo antes no era así. Estoy en una etapa zen de mi vida. Pero eso me lo da la escritura. Salir del momento en el que vives para irte a otras épocas te aporta paz y lo relativizas todo.

--¿Pasar a hacer de sustituta es una cura de humildad desde el punto de vista de una veterana? 

--Yo no lo veo así, al contrario. Es un orgullo que TVE me lo haya propuesto a mí cuando en las cadenas están pensado en caras nuevas y en descubrir a otros rostros. Que TVE decidiera que la locomotora de 'La mañana' se la iba a dar a esta señora me hizo mucha ilusión.

--La veteranía tiene un precio. 

--Sí, pero la tele no es un aval, porque lo que se busca es una cara nueva y más joven. Yo tenía una concepción de la vida un poco cíclica, pero la historiadora Carmen Iglesias me corrigió un día y me dijo: "No, Teresa, la vida es un ziz zag. Quienes la visualizan como una escalera se pegan el tortazo del siglo". En ese movimiento pendular, como de las olas, va fluyendo la existencia. Hoy haces esto y mañana, otra cosa. Ahora no entraba en mis planes regresar a la tele, porque estoy muy concentrada en lo que hago. Escribir es mi vida. Ya no soy una periodista que escribe; soy una escritora que, de vez en cuando, hace periodismo.

--Entiendo que huye de esa especie de moda instalada entre algunos profesionales de la comunicación de publicar libros… 

--Publiqué mi primer libro hace 15 años. Llevo más tiempo publicando que sin publicar, y más tiempo ejerciendo el periodismo junto a la escritura que solo el oficio de antes. A estas alturas, con seis libros y las críticas –con toda modestia– que voy sumando, ya creo que soy una narradora. El periodismo no lo dejas del todo, está siempre ahí, y de vez en cuando te asomas a la tele. 

--¿Esta incursión en TVE va a ser puntual o podría tener continuidad en el futuro? 

--Me dejo llevar y si me proponen algo y me gusta, vale, pero si no, pues lo lamentaré, y les diré que piensen en algo que me permita escribir. Si quieren, escribimos una serie... [ríe ]

--TVE ya le adaptó su primera novela, 'La memoria del agua'... 

--Sí y lo que más me apetece ahora es juntarme con un equipo de guionistas e idear una serie. Es un grito: "Productores de este país, dado que cuando cogéis mis novelas os gustan mucho, ¿porque no nos sentamos juntos a idear una?"

--En un programa donde todo funciona como un perfecto engranaje, ¿qué puede aportar usted? 

--Desde el primer momento me pidieron que se notara mi personalidad. "Sé tú, Teresa", me dijeron. Y es lo que trato de hacer. Tengo una personalidad muy marcada y aporto algo que a algunas personas les despierta empatía y a otras, tal vez no: cierta amabilidad. Ya sé que la vida es dura y que contamos noticias dramáticas, pero también la vida tiene pequeñas cosas y el disfrute de esas pequeñas cosas y valorar el afecto, el mundo de los sentimientos… es lo que nos hace grandes. Y esa es una filosofía que me mueve hasta en las primeras palabras que pronuncio, el "¡Buenos días!".

--¿Ha encontrado una TVE muy cambiada? 

--Sorprendentemente, no. He notado el ajuste necesario de los tiempos, que obliga a una serie de limitaciones económicas muy ostensibles, pero también la misma profesionalidad y el mismo nivel de exigencia en todo lo que se hace por parte de mis compañeros. TVE es la televisión y la casa, y ese sentido de la tele pública se ha interiorizado mucho por parte de la gente que trabaja aquí. A veces, notas que estos años han sido muy duros para la cadena y los propios trabajadores, y que tienen un halo de desesperanza. Creo que es una obligación que quien llega a la casa, aunque solo sea para un rato, les haga recordar que esta es la tele pública. Yo soy una persona de medios públicos: he trabajado toda mi vida en teles públicas, la estatal y autonómicas, salvando mis tres años y medio en Antena 3 ['7 días, 7 noches']. Creo en la tele pública, aunque este es un debate muy fácil de manipular.

--¿Le molesta que le digan que es una 'chica Hermida'? 

--¿A mí? ¡Cómo me va a molestar, por Dios! Es muy gracioso que a estas alturas, cuando tienes 20 y tantos años de profesión, te recuerden esos tres meses. Yo tengo 'chicos Viejo', porque los he descubierto yo. Empezaron a trabajar conmigo en la radio y después pasaron a la tele. Pero no le voy a decir los nombres [ríe]. Hasta los redactores de 'Interviú' me siguen llamando directora. Es lógico, tú aprendes de alguien y después sigues dejando tu impronta. Y es bonito. Jesús Hermida marcó la televisión durante una época. Doy clases en la Universidad Camilo José Cela y a mis alumnos les cuento quién era Hermida y les explico el concepto de magacín como tal, cómo rompió el lenguaje televisivo, la forma de colocar las cámaras...

--¿Qué le debe usted a Hermida? 

--El haberme abierto la puerta, porque yo ni siquiera sabía que existía. Hay una cosa que recuerdo con especial cariño. Cuando llegué a RNE, hace dos años, un día me llamó y me soltó: "Doña Teresa, perdóneme, pero no sé si le habrán comentado que vamos a hacer un especial por el aniversario de la muerte de Kennedy…" Y yo no le reconocí. "Soy Jesús Hermida", me dijo. Le contesté: "Jesús, ¿estás bromeando?,¿me estás hablando de usted?". "Hombre –me replicó–; es que yo a usted la tengo que llamar doña Teresa, porque ha llegado muy lejos y la admiro mucho. Le pido perdón por quitarle su horario el fin de semana...". Ese era Jesús.

--¿Prefiere la radio a la tele? 

--Es que me permite escribir. A mí lo que me gusta es contar historias, inventarme personajes. Los amigos que me conocen bien, cuando empecé con La mañana me llamaron para decirme: "Mira Teresa, déjate de historias, que has nacido para estar en un plató. ¿O no eres consciente?" Pero es que me gusta escribir. No hay nada más hermoso, no lo he encontrado.

--¿Le han comprado ya los derechos de 'Mientras llueva'? 

--No, acaba de salir. Pero sí de mi segunda novela, Que el tiempo nos encuentre. Los tienen Veralia, del grupo Vocento, y la productora mexicana Argos Comunicación.

--¿Quedó satisfecha con la adaptación que hizo TVE de 'La memoria del agua'? 

--Sí. Era mi primera novela y era difícil de adaptar, porque tenía dos tiempos históricos y dos momentos diferentes del año. Había que elegir entre la primera parte o la segunda. Me lo consultaron y Manuel Estudillo, su director, me llamó hace nada para decirme que quería comprar los derechos de 'Que el tiempo nos encuentre'… Le contesté que ya me los habían comprado y que leyese la siguiente. Todo el mundo me dice que parece que mis historias estén escritas para ser adaptadas, pero no es así. Es mi forma de trabajar.

--Mariló la lía parda en Twitter cada dos por tres. No la veo a usted en esas lides. 

--Pues soy supertuitera y cuento muchas cosas de mí y de cómo soy. Este tiempo presente te permite otra manera de comunicarte y es interesante, aunque entraña un riesgo, porque también me puede llamar alguien "perro judío" y no le vas a responder... ¡Qué le vas a hacer! Pero, si puedo aprender algo de lo que me cuentan y entender la sensibilidad de la gente, es un plus.