ENTREVISTA

Pepa Aniorte: "Cuando estoy muy cansada, pienso: ¿de qué te vas a quejar?"

La actriz murciana compagina actualmente su trabajo en el concurso de imitaciones'Tu cara me suena' (A-3 TV) von la serie diaria de TVE-1 'Servir y proteger'

TELE TU CARA ME SUENA PEPA ANIORTE

TELE TU CARA ME SUENA PEPA ANIORTE / periodico

Inés Álvarez

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Desde que se hizo popular con el papel de la Choni en 'Los Serrano' (Tele 5), Pepa Aniorte (Orihuela, 1973, aunque murciana de adopción) no ha parado de hacer tele: 'Águila Roja', 'Niños robados', 'Con el culo al aire', 'Lo que escondían sus ojos', 'El incidente' y 'Servir y proteger' (en emisión actualmente), que ha compaginado con el cine y una pequeña incursión en el teatro ('Pioneras', 2013). Amiga de retos, ahora se pone a prueba (a ella y a su voz), en el concurso de imitaciones 'Tu cara me suena' (Antena 3 TV). Y aunque es evidente que no va a ganar, siempre gusta. Entregada a la causa, a la actriz se la ve dispuesta a todo...  A todo, menos a ponerse en la piel de Raphael y Rocío Jurado. Y es que son sus ídolos, sus dioses.

Menudo añito el de Pepa Aniorte. Hubo un momento que estaba los martes en 'El incidente' y los viernes en 'Tu cara me suena' (A- 3 TV), y cada día, tras la barra en el bar de 'Servir y proteger' (TVE-1). Dime que no os vais a hartar de mí. Dime que no... Pues ahí estoy, con la serie de policías y matándome para que todo salga bien en 'Tu cara me suena', porque la productora de 'Servir y proteger' se puso de acuerdo con Gestmusic y no tuvieron problema en dejarme venir. Por eso lo hago con mucha responsabilidad para devolverles ese cariño.

Confiese: se moría de ganas de participar en Tu cara me suena... Fue más mi familia, que me animaba a hacerlo. Y yo les decía: «Pero ¿os creéis que eso es fácil?».. Y cuando este año me lo propusieron y fui a las pruebas de selección, mi representante me dijo: «Mira que no habrá gente en este país que cante y que tal». Y, mucha, bastante mejor que yo, eso es indiscutible. Pero lo disfruté tanto, que cuando me llamaron, ni me lo pensé. Y luego está el hecho de que yo soy seguidora del concurso desde la primera edición. Ese día pensaba: «¡Tío, que me voy a subir al ascensor! ¡Qué fuerte! ¡Es que no me lo creo!».

"El primer día que llegué a 'Tu cara me suena pensaba: '¡Tío, que me voy a subir al ascensor!'"

Tuvo un momento fan, vamos. Sí. En la primera actuación, en la que hacía de Paulina Rubio, incluso me temblaron las piernas. Cuando vi al público, pensé: «¡Qué subidón! ¡Ya estoy aquí!». Fue muy bonito y emocionante.

Y ganó esa primera gala. ¡Menudo comienzo! ¿Y de dónde le viene eso de cantar tan bien? Es que yo, de joven, era cantante de verbena. Pero tú, en una orquesta, no imitas; al contrario, te lo llevas a tu voz para estar comodita. Aquí, en cambio, el reto es: muévete como ella o él, copia sus giros, sus tics, la manera de pisar, de bailar, los gestos... Yo tengo poquita voz, pero agradable. No obstante, prefiero hacer algo más actoral, en lo que me pueda defender. Si hay que hacer de Bob Esponja, se hace, y será mucho mejor que imitar a Montserrat Caballé.

¿En qué género se siente más a gusto? En el pop. También es donde la colocación vocal es más  básica. Y para una persona que no canta, no supone tanta exigencia como un lírico o una copla. A mí me gustaría cantar copla como una diosa, pero eso a mí no me pasa. 

Cuando supo que concursaría, ¿a quién le hacía ilusión imitar? A un hombre. Porque como actriz nadie me va a llamar para hacer un personaje masculino. O es muy difícil. Vamos, que el Goya al mejor actor no me lo van a dar nunca. Quería tener la oportunidad de pisar el escenario como un tío.

Y lo logró en la séptima gala: lo pisó convertida en David Civera. Sí. Pero nunca haría de Raphael, a quien adoro. Es mi mito, mi dios, y no sería capaz. Ni a Rocío Jurado.

¿Por una cuestión de respeto? De respeto, de colocación de voz y de preparación como cantante. Yo no podría hacer una Jurado en la vida. Y si me toca, esa semana me pongo mala y ya está. No voy.

En cada edición, cada concursante responde a un perfil: la guapa, la graciosa... ¿Y usted? Yo aquí he venido por guapa, evidentemente. Que quede claro, por favor [ríe].

"Mi personaje en 'Servir y proteger' es un poco como el del típico camarero psicólogo. Mola María"

Por cierto, preparación del personaje aparte, ¿lo más pesado es el proceso de maquillaje? Es largo, sobre todo cuando te hacen imitar a una persona de color o con rasgos muy diferentes a los tuyos, ya que te tienen que tapar cejas y labios, ponerte una nariz... Pero también es alucinante. Nosotras, que somos chicas, preguntamos: ¿cómo haces esto? ¿Cómo me has afinado tanto la nariz y me has puesto el pómulo tan alto? Aprendes trucos. Y, aunque cuando vas a maquillaje piensas aprovechar para dormir un poco, acabas con los ojos bien abiertos y diciendo: «¡Pero qué 'genia' eres, tía!».

¿Y a quién teme más del jurado? Todos dicen las cosas desde el cariño y el respeto. Y a veces te aprietan para que te pongas las pilas. Yo le tenía mucho miedo a Lolita. Se le ve muy divina y cercana, pero vota con lo que le dicta el corazón. Si te ha recibido o no. Como cantante, puedo no llegar, desafinar o ir a destiempo o a contrarritmo, pero, como actriz, me da miedo no ser capaz de transmitir. Que me diga: «Pepa, has desafinado como una perra, pero me has llegado». No obstante, Lolita me dice cosas muy bonitas. Ella y todo el jurado.

Hábleme de su trabajo en 'Servir y proteger'. ¿Hacer una serie diaria supone un cambio fuerte de ritmo de trabajo? Para mí era un reto. Yo le decía a mi representante: «¿Por qué no nos sale una serie diaria?» Y el me respondía si no tenía suficiente. Pero es que yo soy muy de retos; me ponen. Por eso he ido a Tu cara me suena, para ver qué pasaba. Y la serie diaria requiere mucho estudio. Te estás dos meses sin ver a tus padres y eso no puede ser. Con lo que, a veces, te escapas un fin de semana y sacrificas un poco de tiempo de estudio para visitarles. Ya lo quitarás del sueño o de lo que sea.

Suena duro... Sí. Aunque también muy satisfactorio. Porque María es un personaje al que todos los días le van pasando cosas nuevas y entonces vas haciendo un macuto de vivencias desde que empezaste con él y lo vas enriqueciendo. Eso es muy bonito.

Además, es una mujer positiva. Es un poco como el típico camarero psicólogo, que le pone la mano a la gente por encima y le dice: «No te preocupes, que hay rachas y esto se va a pasar». Mola mucho María. Y en enero hemos comenzado una tanda de 200 capítulos más.

Este tipo de series hace que la gente les considere como de la familia, ¿no? Sí. Y te cuentan sus cosas. Como una señora que en un todo a cien  me dice: «¡Uy, nena, tengo un jersey igual al que llevabas el otro día!». Y le contesto: «Se lo diré a la gente de vestuario, que se pondrá muy contenta». «¿A que es de Zara?», insistía. Es que te tratan como de la familia, porque tú realmente te estás metiendo en su casa todos los día a las cuatro y media. Ya eres un poco de casa. Y eso es guay.

¿Cabe algún proyecto más en su apretada agenda? No, por favor. Si estaba esperando tener al menos una semana libre en Navidad para ir a Murcia a hacer tostas de recao y polvorones...  Además de la serie y el concurso, he rodado una película este verano: 'Mi querida cofradía', ópera prima de Marta Díaz de Lope Díaz, que se estrenará coincidiendo con el festival de Málaga. Es una 'peli' muy malagueña: está rodada en Ronda y va de cofrades. Y en noviembre estrené 'La higuera de los bastardos', con Karra Ejalde y Carlos Areces... Un elenco muy chulo. 

Pepa: ¿usted sabe que hay crisis en la industria? Ya. Cuando estoy muy cansada, pienso: «¿De qué te vas a quejar? Quítate la pintura y acuéstate; duerme lo que puedas, levántate y ponte otra capa y ya está». Y es que estoy en un momento estupendo.