ENTREVISTA

Pablo Puyol: «En 'Tu cara me suena' estoy mostrando todas mis facetas»

El actor de 'Un paso adelante' y 'Ciega a citas' explica su experiencia en el concurso de Antena 3 'Tu cara me suena'

PABLO PUYOL

PABLO PUYOL / periodico

INÉS ÁLVAREZ / BARCELONA

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Responsable y perfeccionista, Pablo Puyol (Málaga, 1975) se pasó los primeros programas de 'Tu cara me suena' balanceándose entre la ilusión –la que le daba participar– y el sufrimiento –el provocado por su temor a los fallos–. Ahora, disfruta metido en la piel de artistas como Enrique Bunbury y Andrea Bocelli, aunque ha sido con Stevie Wonder y Bruno Mars con quienes ha ganado dos galas. Vegano y animalista, encima es encantador. Es un chico 10, que a veces se lleva el 12. 

–Felicidades por los buenos resultados del programa. 

–Estamos encantados. Son unos datos que esperábamos, pero también teníamos dudas, porque no sabíamos cómo íbamos a batir algo que llevaba tanto tiempo en antena y con tanta seguidores como 'Sálvame'. Es bastante esperanzador que en la tele aún se puedan hacer programas que no sean solo de cotilleo. Y en A-3 TV también están encantados. La prueba es que el concurso se alargará hasta finales de enero. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Es bastante esperanzador\u00a0","text":"\"Es bastante esperanzador\u00a0que en la tele se puedan hacer cosas que no sean cotilleo\""}}–¿Y qué me dice de Pablo Puyol? Lleva ya dos galas ganadas y un segundo puesto en la general. 

–He obtenido dos cosas que me hacen mucha ilusión: donar dinero a una causa en la que creo y que se me reconozca mi trabajo. A todos nos gusta que de vez en cuando nos den una palmadita en la espalda. 

–Y, además, parece que ya no sufre tanto en las actuaciones... 

–Sí, sufro menos, y eso es gracias al buen rollo que hay entre los compañeros, lo que facilita mucho las cosas. Pero sí que es cierto que en las primeras galas, como soy muy crítico y siempre veo mucho los fallos, salía diciendo: «¡Aargg, en el ensayo estuve mejor!». Pero, a partir de la imitación de Sandro Giacobbe, empecé a ver el concurso de otra manera y a pasármelo muy bien. 

–El año pasado ya había tenido un aperitivo con Vanilla Ice. 

–Sí. Cuando me llamaron como invitado, me hizo mucha ilusión. Me apetecía mucho. Tenía amigos que habían estado o estaban en el concurso y pensaba: «¡Qué envidia, quisiera estar ahí!». Y es que es un programa muy chulo; mezcla muy bien lo artístico con el entretenimiento y está muy bien hecho. 

–¿Le había tocado la lotería? 

–Sí, pero cuando me llamaron, sentí una mezcla de ilusión y nervios, porque todos me decían: «Que sepas que esto siempre es como una prueba: si sale bien, puede que el año que viene cuenten contigo». Y, entonces, dije: «Ahora sí que estoy tranquilísimo». Con lo que salí de los nervios, pero disfruté mucho, ya que en el escenario se me olvidó. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Ahora sufro menos,\u00a0","text":"\"Ahora sufro menos,\u00a0pero en las primeras galas solo ve\u00eda los fallos\""}}–Ya ha pasado por la prueba de los tacones. Ha hecho de Anastacia. 

–Sí, y lo hice regular. Me pasó igual que con Maroon 5, estuve mejor en los ensayos. Pero es que el directo tiene esa cosa de los nervios, y hubo un fallillo técnico que me desconcentró. Porque, aunque sea grabado, el programa no se para: es un falso directo. No sería justo parar porque algo no te ha salido bien y volver a repetirlo. Con lo que sigues adelante como puedes. 

–¿Qué tal se sintió como mujer? 

–Fue una mezcla de diversión e incomodidad absoluta. Primero, porque los tacones es algo que, obviamente, no había llevado. Y claro, para una mujer subirse a unos de ocho centímetros será fácil, pero para mí era terriblemente difícil y me dolía todo. No entiendo cómo los lleváis. Mujeres: ¡no os pongáis tacones! A mí me encantan, y reconozco que una mujer con tacones a mí me pone, me gusta mucho, pero cómo duele... Y, luego, la peluca. Con el calor que daba, y el pelo se me pegaba a la cara... Fue un poco agobiante. Por lo demás, si me toca hacer de mujer otra vez, al menos lo de los tacones ya lo tengo superado. 

–¿Participar en la edición de mayor nivel motiva o complica? 

–Motiva, porque ser el mejor en una edición mediocre sería poco estimulante. Es como si Nadal jugase en un torneo de regionales: le motivaría muy poco, porque ganaría por la gorra. Y, aunque yo no soy Nadal, ni estoy a su nivel, me gusta que cada concursante que salga lo haga aún mejor; así nos ponemos las pilas. Y al programa le da un rollo superchulo. De hecho, está muy igualado, y a los jueces les está costando poner las notas. Eso quizá es lo que hace que la gente no se despegue de la pantalla. 

–¿Se ve vencedor de 'Tu cara...'? 

–Sé que suena a frase hecha de futbolista, pero aquí he venido a pasármelo bien, y ya es una alegría y un triunfo ser uno de los concursantes. Me gustaría ganar, claro, por donar el dinero a una causa en la que creo y porque todos tenemos un poco de afán competidor, pero si no gano, no será una tragedia, ni me enfadaré ni entraré en una depresión. Porque el nivel es altísimo y si alguien lo ha hecho mejor que yo, como siempre he sido deportista, le daré la mano y a seguir trabajando.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Si no gano, no ser\u00e1\u00a0","text":"\"Si no gano, no ser\u00e1\u00a0una tragedia;\u00a0ni me enfadar\u00e9 ni entrar\u00e9 en una depresi\u00f3n\""}}–Por cierto, los 3.000 euros del premio los ha destinado, en ambas ocasiones, a causas animalistas. ¿Ha recibido críticas por no atender a necesidades humanas? 

–Que yo dé el dinero a los animales no quiere decir que no me importe la gente. Lo que pasa es que yo soy vegano y estoy muy identificado con la causa animalista. Y como sé, porque he hablado con todos ellos, que mis compañeros destinarán el premio a causas «humanas» –a niños con carencias o enfermedades raras– pues, que, de nueve, uno lo destine a los animales, no me parece nada raro. Y si alguien no lo entiende, lo siento mucho, pero eso no quiere decir que los humanos no sean importantes. Una cosa no tiene que ver con la otra. 

–Es lo que tiene este concurso, que se ve también la parte humana de los artistas. 

–Sí, aunque esto es algo que no me hace tanta gracia. Prefiero que me conozcan por mi faceta artística. Es verdad que se ve un poco el lado humano de cada uno, y eso es importante y suma puntos, pero prefiero que se fijen más en lo profesional. 

–¿Y lo está consiguiendo? 

–Sí, creo que me estoy dando a conocer en todas mis facetas. Igual había gente que estaba equivocada conmigo, porque solo había visto mi trabajo en 'Un paso adelante' y pensaban que solo soy un bailarín. Y otros no sabían que canto ni que he hecho musicales. Están viendo un poco lo que soy capaz de hacer. 

–¿Partía con ventaja, entonces? 

–Al principio pensaba que sí, pero me he dado cuenta de... que no [ríe]. Porque el jurado a mí me exige mucho, igual que a Ruth Lorenzo y a quienes creen que pueden dar mucho de sí. E igual a alguien que va más por el aspecto del humor y todo lo hace medianamente bien, le puntúan mejor por el esfuerzo y por llegar a lo más alto de su nivel. El baremo es diferente y eso es bueno. Le da más vistosidad al programa. 

– Visto lo visto, parece que le está resultando fácil imitar. 

–La gestualidad me resulta un poco más fácil, pero a nivel vocal me resulta muy complicado, dependiendo de quien me toque. Y es que, cuando llevas toda tu vida trabajando para cantar de una manera, cuesta cambiar para cantar de otra. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"En 'Tu cara...'","text":"\"En 'Tu cara...'estoy descubriendo cosas en mi voz que desconoc\u00eda\""}}–¿Y es enriquecedor? 

–Sí, estoy descubriendo cosas en mi voz que no habría descubierto si no hubiera hecho este programa. Lo bonito es que no está uno dejando de aprender todo el rato. 

-'Un paso adelante' fue muy importante en su carrera televisiva. ¿Qué recuerdos guarda? 

–De todo tipo, porque fue una época larga, muy bonita, pero también fue dura, ya que trabajábamos muchísimas horas. Fue muy intenso. Y luego vino el boom de la popularidad, que, al principio, me costó asimilar. Porque soy un tío que me gusta ir a mi rollo y soy medio tímido –aunque cuando me suelto, me suelto mucho–. Pero, que de pronto la gente te pare por la calle, ¡buf!, era complicado. Aunque te acostumbras a llevarlo y ya está. 

–Forma parte de ese aprendizaje. 

–Si, también. Porque, claro, fueron tres años metido en un plató, de lunes a sábado, 14 o 15 horas, con lo cual no tienes más remedio que aprender. Y es algo que agradezco. Además, conocí a gente maravillosa y profesionales estupendos que me enseñaron mucho. Una mezcla de todo. Fue una época muy dura, porque estuve seis meses sin casi ver a mi familia y el domingo lo único que podía hacer era dormir, para intentar recuperarme un poco. Luego, más o menos se fue estabilizando la cosa, pero fueron tres años de muchísima intensidad, por lo que tenías que estar preparado mentalmente para ello. 

–Y era aún muy joven... 

–Sí, pero era el menos joven. Y creo que eso me vino bien, porque lo ves desde otro punto de vista. Me pilló un pelín más maduro y toda esa bola al final la supe canalizar. 

–Luego vino el fenómeno UPA Dance, grupo salido de la serie... 

–Fue una época brutal. Llenábamos campos de fútbol... Fue muy fuerte. Lo que pasa es que lo que hacíamos musicalmente no me gustaba demasiado. Te ves forzado por la situación, claro, pero no era mi estilo. Aún así fue una época muy chula. La recuerdo con mucho cariño: los compañeros, los bailarines... 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\u00abLa de \u2018Un paso adelante\u2019\u00a0","text":"\"fue una \u00e9poca dura\u00a0en la que casi ni ve\u00eda a mi familia\""}}–Una de sus últimas series, 'Ciega a citas', acabó repentinamente. 

–Tengo unos recuerdos medio amargos medio dulces de ella. Porque la serie me gustaba mucho y lo pasábamos muy bien, pero, al mes de estar yo, se cayó. Además, de una forma muy injusta, porque era en verano, cuando todos sabemos que es complicado que la gente se quede en casa y siga una serie. Creo que la trataron mal en ese aspecto. 

–¿La tele es así de dura? 

–Mucho. Sobre todo porque iba muy bien hasta junio. Pero, como en julio y agosto bajó un poquito, decidieron quitarla sin darle la oportunidad de cortarla en verano y retomarla en septiembre. Sí, la tele es, a veces, un poco injusta, pero hay que aprender a vivir con ella. 

–¿Sueña con trabajar en alguna de las series que se emiten? 

–Me gustaría trabajar en algunas de esas tan chulas que se están haciendo de misterio, policiacas... Aunque si llega una de época, no vamos a decir que no. Son un poco coñazo por el vestuario y tal, pero no digo yo que no. Vamos, sería un coñazo que se llevaría estupendamente. Aprovecho para hacer desde aquí un llamamiento a los productores de series: «Señores, llámenme, que quiero trabajar» [ríe]. 

Desde el 2013 no hace musicales. 

–Es que, por suerte, he estado trabajando en otras cosas: un proyecto personal con David Ordinas, Venidos a menos –obra con la que estoy de gira, al igual que con Dignidad– y en Póker de voces, también con Ordinas y Daniel Diges e Ignasi Vidal, un espectáculo que acaba de terminar porque uno de los miembros hará otras cosas. Pero no descartamos que resucite, aunque con otro nombre y diferente. Porque el proyecto nos gusta mucho, ya que nos parece muy elegante y divertido. A ver si lo retomamos con otro prisma... 

–¿Le dio algún consejo Diges, como exconcursante? 

–Daniel hizo en 'Tu cara me suena' cosas que le divirtieron y otras con las que lo pasó mal. Pero me dijo que fuera a pasármelo bien y lo estoy logrando, pese a ser tan responsable y perfeccionista. Y es que con los compañeros hay un rollo superbueno. Es una edición muy divertida fuera de cámara y eso ayuda a que en plató estemos más tranquilos y divertidos. Y creo que el espectador lo nota. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\u2018Ciega a citas\u2019\u00a0","text":"A\u00a0la trataron mal. La tele es, a veces, un poco injusta, pero hay que aprender a vivir con ella\""}}–Él calzó tacones varias veces. ¿Le dijo cómo superar ese reto? 

–No pude hablar con él entonces. Pero me fijé más en mis amigas, que me dijeron: «Ponte tacones y no te los quites en unos días, porque si no, no aprenderás». Y durante una semana me los ponía un rato y paseaba con ellos. Me vino muy bien. 

–Se lo toma muy en serio... 

–Es que es muy difícil hacer un número semanal: aprenderte una canción; la coreografía, si tiene; meterte en la piel del personaje, darle su rollo... Hay que dedicarle muchas horas. Y es que una oportunidad como esta hay que aprovecharla. Es un momento para vivirlo. Y si quiero enseñar al público cosas de mí que desconocen, debo darlo todo.