Oriol Tarrasón: "Estamos orgullosos de que la serie haya continuado gracias al público"

El actor barcelonés es uno de los protagonistas de 'Los misterios de Laura' en TVE-1

Oriol Tarrasón

Oriol Tarrasón / periodico

MARISA DE DIOS / Barcelona

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Como gran seguidor de la novela negra, Oriol Tarrasón (Barcelona, 1969) está disfrutando como un regalo el papel de Martín, el colega y confidente de la protagonista de 'Los misterios de Laura'. Mientras que en la tele resuelve asesinatos gracias a la intuición de su compañera, tiene en cartel 'Vània', en el Círcol Maldà. Pero él no se sube al escenario (de momento), sino que se encarga de la dirección de la obra, una producción de su compañía teatral, Les Antonietes. En la pequeña pantalla, ya le habíamos podido ver en 'Doctor Mateo', 'Bandolera', 'El internado', 'Ventdelplà' y en la miniserie 'Tornarem'.

--Esta temporada parece que Martín está más centrado, tanto con las mujeres como con el trabajo. 

--Viniendo de él nunca se sabe... Se le ha querido dar más importancia a sus tramas de implicación policial, aunque sigue ese lado suyo que se escapa de lo convencional. Hasta llegar a complicarse la existencia en el capítulo siete por culpa de su tendencia a ser un poco mujeriego.

--Otro lío en el que se mete por culpa de su afición por las mujeres. 

--Lo que yo creo es que le gusta vivir las cosas intensamente. Cuando les llaman para un caso, se le ilumina la cara, se alegra de poder meterse en la vida de los demás y ver cómo investiga Laura. Y le ocurre igual con las mujeres. Le gustan.

--¿Qué le pasará en ese capítulo del que habla? 

--Todas las pruebas del caso que lleva girarán hacia él, lo que generará mucha tensión en la comisaría.

--Laura y Martín siempre han estado muy unidos. ¿No acabará echándole la caña a su jefa? 

--Lo que creo que está dando resultados es no reducir su relación a una tensión sexual no resuelta tan habitual en las series americanas. Hemos querido darle algo más. Se mezcla la admiración que tiene por Laura; la atracción y rechazo que siente ella hacia la manera de vivir de Martín; los hijos de la protagonista, que le ven como a un tío...

--Estamos en la tercera temporada de la serie y seguimos descubriendo cosas de Martín. 

--La idea era que fuera evolucionando. Pero los procesos de producción en este país son muy complicados y todo se ha dilatado mucho: se han emitido tres temporadas en cinco años. Si logramos evolucionar con más temporadas, veremos cómo hemos trabajado a Martín como alguien del que te puedes fiar, aunque sea un poco alocado.

--¿Dependen de las audiencias para rodar la cuarta temporada? 

--Los guionistas están escribiendo capítulos, pero no sabemos qué puede pasar. No entendemos por qué es una serie que tiene tan buena acogida por el público y cuesta tanto que los directivos de la cadena confíen en ella.

--Esta tanda de capítulos se están emitiendo después de haberse rodado hace año y medio. ¿No creen que en TVE no están tratando la serie con cariño? 

--La televisión es un mundo enorme y nunca sabes lo que pasa realmente. Estamos orgullosos de saber que si seguimos es gracias al público. Al tardar mucho en dar una temporada y después la siguiente, no le están dando un cariño de emisión y, aún así, la audiencia vuelve.

--Es una serie policiaca, pero para todos los públicos. 

--Es algo que me gusta: aunque hay asesinatos no ves nada. Aquí hay un punto de juego, de cuento, como cuando de chaval jugabas al Cluedo. Lo interesante es intentar adivinar quién el culpable del crimen, no ver el realismo de los asesinatos. Somos policías sin pistolas y eso es algo pactado desde el principio.

--Los martes compiten con otra serie policiaca, 'El Príncipe', que ha entrado con fuerza. 

--Desde la primera temporada hemos luchado y hemos acabado con buena audiencia. En todo caso, hay un público que es superfiel. No es una serie tan cara como otras, con lo cual a veces los índices de audiencia no son tan importantes.

--¿Tomó algún referente policial para encarnar a Martín? 

--McNulty, el protagonista de la serie 'The Wire', que tiene un comportamiento que complica la vida a todos, aunque lo hace porque sabe que para que las cosas salgan bien a veces hay que salir de los círculos establecidos. Vi 'Harper', con Paul Newman, cuyo protagonista tiene ese punto de alegalidad de la novela negra americana, con una visión muy crítica de la sociedad, como en los libros de Dashiell Hammett. Y me tragué 'La guerra de las galaxias'.

--¿'La guerra de las galaxias'? 

--(Ríe) Sí, pensando en la energía que tiene Martín me vino a la cabeza el personaje de Harrison Ford en la saga. Tiene ángel, ironía, se mete en todos los fregaos y siempre sale con una sonrisa.

--Veo que la novela negra no es nueva para usted. 

--Cuando me ofrecieron trabajar en 'Los misterios de Laura', me gustó mucho porque soy un gran fan de la novela negra y de las series de este género. Fue una motivación.

--Me ha hablado de Hammett. ¿Qué otros autores le gustan? 

--Me encanta Simenon. 'El hombre que miraba pasar los trenes' es alucinante. También me gusta la 'Trilogía de Argel' de Yasmina Khadra y Lawrence Block y su '8 millones de maneras de morir', que es una de mis novelas negras favoritas. En cuanto a series, me quedo con 'Wallander', con Kenneth Brannagh, 'Whitechapel', también de la BBC, la película 'Harper'...

--La mayoría de planos los comparte con María Pujalte. ¿Cómo ha sido su relación en el rodaje? 

--El rollo con ella es directo, nos entendemos. Tenemos muchas ganas de proponer cosas y jugar, y eso se transmite, porque es también lo que les pasa un poco a nuestros personajes, a los que les gusta jugar a investigar. Por eso a veces incluso nos intercambiábamos algunas frases del texto.

--¿Les permitían hacerlo? 

--No es que pasara muy a menudo, porque respetábamos a los guionistas, pero en ocasiones veíamos que alguna frase le pegaba más al otro. Jugábamos mucho con esos pequeños detalles.

--¿Qué es lo que le ha aportado usted al personaje de Martín? 

--Creo que le he aportado ese punto de que le guste llegar al límite. Yo soy bastante así.

--Pero no será tan golfo como él. 

--(Ríe). No, ni me complico tanto la existencia, aunque le entiendo. En lo que insistí mucho en los ensayos es que Martín no es el golfo al que no le importan las mujeres. Sí que le importan, le gustan. Lo que pasa es que le gusta vivir intensamente todo. Aquí he intentado que la gente piense: este tío es entrañable aun metiéndose en líos. Sino sería imposible que alguien como Laura lo pudiera defender siempre.

--La cadena NBC va a hacer una adaptación de la serie. ¿A qué actor estadounidense se imagina en el papel de Martín? 

--¡Es muy fuerte! Me imagino tal vez a un actor que salía en Zodiac, Mark Ruffalo. Aparte del casting, también tengo curiosidad por ver si le dan ese toque doméstico que le hemos dado aquí, donde el día a día está muy bien explicado y hace conectar con el público. Creo que una de las cosas que gusta es ver a Martín y a Laura en la cocina hablando del caso, porque es lo que hace cualquiera: llevarse el trabajo a casa.

--Usted ha trabajado en series catalanas como 'Ventdelplà' o en la miniserie 'Tornarem', pero no ha tenido un personaje con mucho recorrido en TV-3. ¿Cree que en su caso se puede utilizar esa frase que dice que es difícil ser profeta en tu tierra? 

--Mi madre siempre me lo dice: «Quan et veurem a TV-3?» Y la verdad es que no sé por qué nunca conseguí entrar en una serie de la cadena con un personaje largo. Por lo menos, me quedo contento de haber rodado Tornarem, una joya de película.

--Antes de entrar en el mundo de la interpretación ya había explorado otras facetas artísticas: pintaba y tuvo un grupo de música. 

--El grupo se llamaba Dos Pasos y tenía seis miembros, entre ellos mis dos hermanos. Sacamos un disco e hicimos bastantes bolos. Lo de la pintura era porque mi padre pintaba muy bien y, en casa, siempre acabas imitando a tu padre. Ya no dibujo casi nunca, pero tengo un blog de poesía (ahogarsenunvasotienemerito.blogspot.com), varias obras de teatro escritas, hago las adaptaciones de mi compañía... Supongo que todo eso se debe a las ganas de contar algo que tengo dentro.

--Pero al final se decantó por la interpretación. 

--Estaba estudiando tercero de Filosofía y dejé la carrera para entrar en el Institut del Teatre. Hice las pruebas un año y me cogieron. Siempre pienso que si no lo hubieran hecho, no hubiera sido actor, porque me estresé mucho durante los castings.

--Ahora, en el teatro, es usted el que hace el casting a los actores, ya que dirige la compañía Les Antonietes. ¿Se vive el trabajo con una ilusión distinta, estando detrás o delante del escenario? 

--Es diferente, porque en el teatro soy el director y el productor, decido lo que quiero hacer, cómo hacerlo. Se trata de expresar más cosas que un solo personaje. Un personaje es una idea, que es verdad que puede tener muchas capas, pero en el teatro, cuando dirijo, estoy defendiendo cada uno de los papeles con una propuesta estética. Es como que te da algo más, aunque yo la ilusión la llevo siempre conmigo.

--Están representando 'Vània', de Chéjov, en el Círcol Maldà. ¿Tienen más obras en cartera? 

--Estaremos en el Maldà hasta el 22 de febrero. Después tenemos la gira del montaje del año pasado, 'Stockmann', que nos llevará a 10 o 12 ciudades, como Valencia, Viladecans, Girona...

--¿Y no le veremos a usted subido al escenario? 

--En junio. En la Sala Muntaner volveremos con 'Stockmann'.