El seísmo revive en Alhucemas la pesadilla del 2004

El terremoto no ha causado daños graves en la ciudad marroquí, donde un temblor provocó 628 muertos hace 12 años

BEATRIZ MESA / TÚNEZ

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Los fantasmas del terremoto del 2004 han regresado a la región costera de Alhucemas, en el norte de Marruecos, afectada con frecuencia por seísmos. Los ciudadanos de esta población han vuelto a ser sorprendidos esta madrugada en pleno sueño por unos temblores que inevitablemente han resucitado la pesadilla del seísmo que hace 12 años golpeó la zona y causó 628 víctimas mortales.

"Menos mal. Todo ha quedado en un susto”, ha manifestado a EL PERIÓDICO el periodista Samir Doudi desde Tánger, donde también se ha notado el movimiento de la tierra. Como consecuencia del terremoto, un niño de 12 años ha fallecido de un infarto en el norte del país. El diario electrónico local 'Nadorcity.com', cifra en seis los heridos por traumatismos al tratar de huir de sus casas cuando sintieron el temblor. Según la misma publicación, el niño que murió durante el temblor sufría de epilepsia.

"El terremoto ha durado mucho. Cuando han empezado las réplicas, hasta cinco, todo el mundo se ha echado a la calle", ha relatado un vecino todavía presa del pánico. Durante buena parte de la mañana, se veían madres con sus bebés aguardando a las puertas de sus casas por miedo a que otra réplica castigara las frágiles paredes de sus viviendas. 

AVISO PREVIO

Poco antes de las cuatro de la madrugada las autoridades marroquís habían sido alertadas por el Instituto Nacional Geográfico del seísmo que se avecinaba. Inmediatamente se desplegaron efectivos policiales y de emergencias por  Alhucemas para desalojar a las familias ante el temor a que el seísmo provocara derrumbamientos y por tanto daños físicos. Según testigos consultados por EL PERIÓDICO, solo algunas paredes de edificios en el centro de la ciudad han sufrido grietas y, por el momento, no hay que lamentar víctimas a la espera de iniciar el rastreo en las zonas rurales, que fueron las más afectadas el 14 de febrero del 2004, cuando un temblor provocó 628 muertos y dejó sin hogar a más de 15.000 personas.

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240 millones de euros se destinaron al plan gubernamental de apoyo a la zona, según asociaciones civiles, entre aportaciones nacionales e internacionales. No obstante parte de la ayuda, que llegó tarde y mal, se perdió por el camino, lo que desató numerosas críticas. 

Doce años después de aquel terremoto, todavía quedan familias esperando la vivienda que se les prometió, aunque la mayoría han abandonado ya las tiendas de campaña en las que vivieron durante años. Los lugareños viven de sus tierras, por lo que cualquier catástrofe natural (las inundaciones son frecuentes), contribuye a agravar el desastre económico de las familias.