entrevista con la Responsable del servicio de Obstetricia del Hospital de Vall d'Hebron

Elena Carreras: "Mantendremos el diagnóstico prenatal, es un derecho"

La doctora Elena Carreras, en el Hospital Maternoinfantil de Vall d'Hebron.

La doctora Elena Carreras, en el Hospital Maternoinfantil de Vall d'Hebron.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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El servicio de medicina de la reproducción que dirige Elena Carreras (Barcelona, 1960) -presidenta de la Societat Catalana d'Obstetrícia i Ginecologia- es referencia estatal en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que afectan al feto y a la madre. Este concepto, al igual que los programas de diagnóstico prenatal que lo hacen posible, se han beneficiado en los últimos 20 años de unos avances científicos y técnicos cuya razón de ser ha sido, y es, informar cuanto antes a la embarazada de la salud del feto en gestación, para que ella decida, en función de su circunstancia, si prosigue o no el embarazo. La ley que prepara el Gobierno del PP cuestiona la existencia de esta medicina.

-Ustedes atienden al feto, a la embarazada y al parto que los separará.

-Si. Son un binomio integrado. Lo característico del embarazo es que atiendes a dos pacientes a la vez. Las visitas son conjuntas: cuando hacemos una ecografía al feto, tratamos a la madre y programamos el parto, coordinándolos con unidades de cuidados intensivos maternos y fetales, por si la situación lo requiere.

-¿En qué consisten esos controles?

-En Catalunya existen dos programas de cribado de diagnóstico prenatal. Uno se aplica en el primer trimestre de embarazo y el otro en la semana 20. En la práctica, en el primer control ya detectamos hasta el 60% de las malformaciones del feto, que, además, son las más graves. Con esos datos, evitas que la mujer haya de esperar hasta el segundo cribado para decidir si interrumpe el embarazo por la alteración que sufre el feto.

-¿Qué pueden detectar con el control del primer trimestre?

-Se aplica haciendo un análisis de sangre a la mujer en la semana 9 de embarazo. Analizamos dos grupos de hormonas que aportan mucha información. A las 12 semanas, hacemos la primera ecografía del feto y en ella ya vemos si sufre el síndrome de Down (se capta por el grueso de la nuca). Como en ese momento el embrión es muy pequeño, en una sola imagen vemos todas las extremidades. Esa valoración es tan minuciosa que permite detectar malformaciones como la anancefalia (ausencia de cráneo), sin tener que esperar hasta la ecografía de la semana 20.

-¿Qué observan en la semana 20?

-La morfología completa del feto: vemos la formación de todos los órganos, el corazón, los riñones, la columna, las extremidades. Detectamos alteraciones que surgen muy al final del embarazo. Las más frecuentes aluden a la maduración del sistema nervioso central. El cerebro es el órgano que madura más tarde.

-Es decir, el primer control ya proporciona la información fundamental sobre cómo viene un embarazo, pero son necesarios los dos.

-Sí. Con los primeros datos, la mujer tiene información suficiente para poder decidir si prosigue o no la gestación. Porque la finalidad de todo este proceso es permitir que la mujer decida. Con la ley actual de interrupción del embarazo, del 2010, esto es posible.

-¿Y con la que prepara el Gobierno?  -El programa de diagnóstico prenatal que se aplica en Catalunya, que funciona de forma perfecta, quedará sin sentido, sobre el papel, si se aprueba la ley de Gallardón. Si se elimina el derecho de la mujer a decidir, le informaremos de que su feto tiene tal malformación, pero la ley no le permitirá hacer nada.

-¿Qué consecuencias vitales tienen las malformaciones que detectan?

-De dos tipos: unas son incompatibles con la vida, y otras son compatibles. Si no se interrumpe el embarazo de las primeras, lo que ocurrirá es que esas criaturas nacerán y al poco tiempo morirán. Pero no de forma inmediata. Ser incompatible con la vida no significa muerte inminente. Los niños con trisomia 18 o 13, por ejemplo, pueden sobrevivir dos o tres meses. En ese tiempo, permanecen sedados. Se les atiende con técnicas y dispositivos sofisticadísimos, y costosísimos, y mueren, con un sufrimiento inmenso para la familia.

-¿Cómo valora la ley aún en vigor?

-Es una ley pensada en función de la realidad médica. No tiene nada de gratuita. Si una malformación se detecta en el tercer trimestre de embarazo, la ley es muy restrictiva a la hora de autorizar si se interrumpe o no. La mujer lo ha de solicitar a la Generalitat y se convoca un comité de expertos que definen si la alteración es grave e incurable. Han de coincidir ambas características.

-¿Si el diagnóstico prenatal queda invalidado por la ley Gallardón, cuál será su traducción social?

-Una mayor frecuencia de niños con síndrome de Down. Ahora nacen muy pocos. En nuestra sociedad, el 98% de los embarazos cuyo feto tiene una trisomía 21 se interrumpen. No en todos los países es así.

-¿En qué situación quedarán servicios como el suyo?

-No concibo que no podamos dar una solución a esas mujeres. En Catalunya, la ley Gallardón es anacrónica, ya no es aplicable. Llega en un momento histórico, social y científico en que ya es inaplicable. Llega demasiado tarde. La sociedad no tiene conflicto sobre el aborto. La ley actual funciona. Y no se fuerza a ninguna mujer para que aborte. Por más grave que sea una malformación, si la madre dice que no quiere interrumpir su embarazo, por supuesto que no lo hace, y nosotros hacemos todo lo posible por que la criatura reciba la atención adecuada.

-¿Mantendrán los programas de diagnóstico prenatal?

-Por supuesto que sí. Es un derecho de la mujer recibir esa información. No concibo que se desmantelen estos servicios, insisto, ni que se suprima un diagnóstico prenatal que funciona de forma excelente, al alcance de toda la población. Seguiremos haciendo nuestro trabajo. Ya encontraremos la forma de salir adelante.

-¿Existe preocupación?

-Mucha. Pero tanta como convencimiento de que estamos ante una ley retrógrada que no se llegará a aprobar. Nuestro departamento depende de la Conselleria de Salut. El conseller, Boi Ruiz, defiende la ley actual.

-¿Cuál será su posición con las embarazadas si llega la ley Gallardón?

-Ayudarlas a que conozcan el diagnóstico y el pronóstico de su feto en gestación. Llegaremos hasta el final. Veremos en cada momento qué posibilidades existen para que la mujer pueda seguir escogiendo la opción que para ella sea la mejor. Si se le ha de dar información para que pueda ir a abortar fuera de España, se le dará. Es voluntad nuestra, por encima de todo, no dejar a las mujeres desasistidas. Haremos todo lo posible.