a favor

Sencillamente, porque el alcalde quiere

La capital catalana es la principal plaza de poder del PSC tras la pérdida de la Generalitat en las elecciones del 28-N. El debate sobre si Jordi Hereu debe ser o no de nuevo el candidato en los comicios municipales de mayo del 2011 sube de intensidad a la espera de una decisión de la cúpula socialista. Desde una perspectiva progresista, dos intelectuales ofrecen sendos puntos de vista.

Jordi Hereu, en el Ayuntamiento de Barcelona.

Jordi Hereu, en el Ayuntamiento de Barcelona.

JOAQUÍM COLL

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Que la política es muy injusta ya lo sabemos, pero no por eso hay que dejar de señalarlo. Este es el caso en el que se encuentra Jordi Hereu, a quien las encuestas no sonríen y, encima, es maltratado por la dirección nacional del PSC. Se trata de una actitud políticamente extraña. O hay un candidato alternativo, un tapado que va a hacer su aparición en el último minuto, o dicha actitud dubitativa va a convertirse en la demostración palpable de que en el PSC falta inteligencia política. Que José Montilla recordase el pasado domingo en EL PERIÓDICO lo evidente -lo que dice el reglamento interno, que «será candidato quien gane las primarias o no tenga contendiente»- causa auténtico estupor a menos de seis meses de las elecciones municipales más difíciles para los socialistas en Barcelona. Todo ello teniendo en cuenta que Hereu ha dado siempre un apoyo leal a Montilla, antes y durante la campaña electoral catalana. Tampoco le favorecían al president las encuestas, y no por eso nadie cuestionó su derecho a ser el candidato.

¿Por qué Hereu es menos que Montilla? ¿Por qué razón es tan cuestionado? Que lo haga la oposición es comprensible. Pero resulta inexplicable el derrotismo y las risitas cómplices de algunos de los suyos, que alimentan así la operación de bullying político de la que Hereu es víctima desde que la prensa conservadora de la ciudad decidió que Barcelona era el eslabón débil del entonces amplio poder socialista catalán. Curiosamente, hay una parte de la izquierda que se las da de lista y, en realidad, lo único que hace es amplificar los argumentos envenenados de la derecha política y mediática.

Pero, sin duda, no toda la culpa la tienen los otros. El desafortunado referendo de la Diagonal le ha costado a Hereu muy caro en imagen y credibilidad. Tampoco le beneficia su estilo político, que no busca la confrontación sino el consenso. En un mundo tan cainita, es débil quien no sabe morder. Hereu ha tenido que enfrentarse, además, a una situación nueva: la falta de una mayoría sólida en el consistorio porque Jordi Portabella decidió que, para poder volver a presentarse en el 2011, tenía que pasar a la oposición, rompiendo con el gobierno progresista, desestabilizándolo. Visto lo cual, hoy parece claro que lo mejor para el PSC hubiera sido un pacto local con CiU. Cosa que ayer Hereu reconoció entre líneas.

Un valor seguro

También manifestó lo que me parece más relevante para justificar el derecho que le asiste a ser candidato: Barcelona es el valor más seguro que tiene Catalunya en el mundo. Y esto no es casual, no es porque sí. Como tampoco todo aquello que hace que la ciudad sea considerada en Europa un buen lugar para vivir, estudiar y trabajar. Además, las finanzas municipales, a diferencia de Madrid, han sido bien gestionadas, hasta el punto de que Barcelona es la Alemania española en solvencia. Solo estas dos cosas ya serían suficientes, en cualquier otro país, para que nadie negase al alcalde su derecho a ganar nuevamente la confianza de los barceloneses.