TERREMOTO EN LA CAMPAÑA ELECTORAL

Rajoy: "No hay conspiración contra los partidos catalanes y el ministro no dimitirá"

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en el programa El Hormiguero, de Antena 3

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en el programa El Hormiguero, de Antena 3 / periodico

GEMMA ROBLES / MADRID

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Quién se lo iba a decir a Mariano Rajoy, el aspirante del PP a la reelección en las elecciones del 26-J. Que se iba a ver en un programa de entretenimiento de gran audiencia, en vísperas de ir a las urnas (eso en sí ya es noticia), usando en público una cinta andadora, hablando con hormigas de trapo -las célebres Trancas y Barrancas de 'El Hormiguero'- y sentenciando en el mismo formato que su ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, no va a dimitir por las grabaciones de sus polémicas conversaciones con el responsable de la Oficina Antifrau, Daniel de Alfonso. Rajoy negó que haya habido conspiración desde el Gobierno central contra los partidos catalanes y ha llegado a sugerir que la difusión de dichas conversaciones, en las que se habla de cómo seguir supuestos casos de corrupción que afectarían a independentistas de ERC o CDC, podrían deberse a una traición interna.

-“¿Es una traición interna? Porque pocas personas deben tener acceso al despacho del  ministro…”, planteó el presentador, Pablo Motos.

- “Me temo que pocas personas, claro…”, respondió el jefe del Ejecutivo en funciones y candidato popular, que durante el día y respondiendo a preguntas de la prensa había abonado la teoría de la conspiración por motivos electorales.  

¿PREOCUPADOS O TRANQUILOS?

En ese mismo programa de Antena 3 TV al que Rajoy se ha resistido tanto tiempo en acudir (en la campaña de diciembre envió en su nombre a Soraya Sáenz de Santamaría, que se marcó un baile que se convirtió en viral) dio alguna explicación más sobre el tema de la jornada y seguramente del final de la campaña, el ‘Fernandezgate’. Insistió en que se enteró el martes por la noche y no antes de que había existido ese encuentro con De Alfonso al telefonear a Fernández Díaz para pedirle explicaciones. “Me contó que este tipo de conversaciones son habituales y que estaba muy preocupado y que había pedido una investigación para saber quién graba eso y quién lo lleva a los medios”, añadió.

Sin embargo, un minuto después dijo que tanto él como su ministro estaban “muy tranquilos” y reprochó a sus adversarios políticos para las generales y a los dirigentes catalanes que se dediquen a “condenar a la gente en 15 segundos”. “Lo que es procedente es preguntar por qué esto aparece ahora”, indicó. Asimismo, dijo no tener nada que decir sobre la decisión que pueda adoptar el Parlament en las próximas horas en torno al futuro del responsable Antifrau, aunque señaló: "mi impresión es que estaba intentando cumplir con su trabajo".

LA "PASTA" DE CATALUNYA Y LOS PACTOS

A lo largo de la entrevista hubo más preguntas sobre la coyuntura catalana. "¿Catalunya quiere que se le reconozca su singularidad o quiere pasta?", se le preguntó. "No lo sabemos. Hasta es posible que quieran las dos cosas", contestó Rajoy, añadiendo que en todo caso no permitirá que se troceé la soberanía nacional y que el principal problema que hay que atender en los próximos meses, a su juicio, es la situación de las arcas de la Generalitat.

Salió también a relucir la corrupción en el PP, sobre la que pasó prácticamente de puntillas -sí admitió que le había hecho "mucho daño" y "dolido mucho"- y, cómo no, el 26-J y los posibles pactos postelectorales. En este sentido, incidió en que su oferta seguirá siendo tender la mano al PSOE y a Ciudadanos después de la noche electoral, "salvo que Pedro Sánchez y Albert Rivera quieran hacer presidente a Pablo Iglesias,claro".

En cuanto a si volvería a declinar la oferta del Jefe del Estado para una investidura en caso de no contar con avales suficientes cuando llegue ese momento, el líder popular reculó sobre lo afirmado este martes en el foro de EL PERIÓDICO. "El Rey aún no ha dicho nada y por tanto, cuando me plantee las cosas, entonces le responderé a él. Las cosas por su orden", aseveró, pese a que 48 horas antes había recalcado que volvería a actuar como hizo tras el 20-D.

En un terreno más informal, el presidente en funciones confesó no usar el teléfono que tiene en La Moncloa para llamadas consideradas de alto riesgo por ser muy complicado. También dijo que se tomaba con humor que se bromeé con sus 'lapsus linguae' (y eso que su partido ha amagado con demandar a la web de 'El Mundo Today'); que guarda los regalos navideños en un cuarto cercano al bunquer gubernamental y que no disparado más armas que las de la mili, y bastante mal, según admitió.