NUEVO PRESUNTO CASO DE CORRUPCIÓN EN EL PP
Granados deja el Senado por el escándalo de su cuenta en Suiza
El exnúmero tres de Aguirre se declara víctima de un «linchamiento»
De hombre fuerte de Esperanza Aguirre al más absoluto ostracismo. Así podría resumirse la carrera política de Francisco Granados, que ayer anunció que hoy renunciará a su escaño tanto en el Senado como en la Asamblea de Madrid, después de que el miércoles saliera a la luz pública que ha tenido una cuenta bancaria en Suiza.
El Mundo publicó ese día que, hasta hace cinco meses, Granados poseía un depósito con 1,5 millones de euros en el país helvético. El dirigente conservador negó ese extremo pero reconoció que tuvo una cuenta desde 1996 hasta el 2000 y atribuyó sus fondos a su paso por la empresa privada antes de entrar en política. Sin embargo, Granados fue concejal del municipio madrileño de Valdemoro desde 1995, por lo tanto cinco años antes de cerrar supuestamente la cuenta.
El PP acogió desde el primer momento con frialdad y distanciamiento estas explicaciones, lo que revela que Granados, una vez que fue defenestrado por Aguirre en el 2011 por diversas desavenencias, cuenta con pocos valedores en un partido que evita volver a poner la mano en el fuego por nadie sospechoso de corrupción tras el escándalo protagonizado por Luis Bárcenas.
Muy reveladoras fueron las palabras de ayer de la lideresa, quien interpretó la dimisión de su antigua mano derecha como un «gesto de dignidad» de alguien que «no tiene pruebas» de que no tuvo dinero fuera de España en su etapa política. Por si esta arremetida no hubiera sido suficiente, la presidenta del PP madrileño calificó, en una entrevista en Antena 3, de «drama» el hecho de «pensar» que una persona de su confianza «se ha dedicado a robar». Eso sí, «presuntamente».
Granados, por su parte, no se quedó corto en sus dardos y atribuyó la publicación de su presunta cuenta a un «linchamiento» contra él. El aún senador denunció que en el PP de Madrid hay una «pelea interna», y aunque no culpó a esta guerra de la publicación sobre sus presuntos ahorros ilícitos, sí acusó a los dirigentes conservadores madrileños de haber «intoxicado» en los medios de comunicación con el objetivo de «agrandar» el escándalo.
UN ESTORBO / Granados consideró además que su expulsión del Gobierno y de la dirección del PP madrileño se debió a que Aguirre estaba ya preparando el terreno para su relevo y prefirió confiar en el que entonces era su rival, el actual presidente de la Comunidad, Ignacio González. «No hubo falta de confianza, ella estaba preparando su sucesión, y optó por la persona de su máxima confianza. Yo en ese momento era un estorbo porque el apoyo de la militancia del PP de Madrid lo tenía yo», sostuvo en declaraciones a 13TV.
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