quinto día de campaña

El discurso del miedo

NEUS TOMÀS /BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿En Catalunya existe el discurso del miedo? ¿Miedo a expresar públicamente el rechazo a la independencia? ¿Miedo a que si no gana la opción soberanista, el país caerá en el ostracismo? ¿Miedo a debatir sobre el llamado proceso en la calle? ¿Miedo entre los empresarios a perder cuota de mercado? Formuladas las preguntas a las diferentes candidaturas no puede extraerse una única conclusión puesto que no hay una respuesta unánime y depende a quién se le pregunte.

El PPC lo tiene claro y así lo denuncia su candidato, Xavier García Albiol, en los desayunos Primera Plan@ que organiza EL PERIÓDICO. Albiol llegó a asegurar que el Govern de Artur Mas señala a aquellos empresarios que se muestran contrarios a la secesión. A la misma hora, en una entrevista en Antena 3, el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, denunció lo que, en su opinión, es el temor que tienen muchos ciudadanos a expresar lo que piensan: «Desgraciadamente hay un clima en el que mucha gente catalanista no se atreve a decir que no vota independentista porque se le ha transmitido la sensación de que no es buen catalán».

La «realidad»

¿Y cómo responde la candidatura de Junts pel Sí a estas opiniones? Fuentes de la dirección de campaña niegan que se fomente el discurso del miedo y destacan que lo que se constata es una «realidad». «Tenemos un Estado en contra, como se ha demostrado con el recurso al Tribunal Constitucional para anular la Agencia Tributària Catalana». En todo caso, añaden los estrategas de esta lista, si alguien está exprimiendo el discurso del miedo es precisamente el PP, que plantea estos comicios ya en clave de elecciones generales. Las mismas fuentes de Junts pel Sí subrayan que en ningún caso su táctica pasa por distinguir entre «buenos y malos catalanes como han pretendido, en su opinión, dirigentes de otras candidaturas.

Las listas de Catalunya Sí que es PotPSC y Ciutadans, cada una con sus matices, coinciden a la hora de negar que en la calle se perciba una sensación de miedo. En declaraciones a EL PERIÓDICO, el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, explica cuál es su interpretación de cómo se vive el debate fuera de la pugna partidista: «Para ser justos, no tengo la percepción de que la gente quiera venganza o que haya bandos de vencedores y vencidos. Lo que quieren los catalanes es calma, acabar con la guerra de banderas y el llamado monotema».

En lo que están de acuerdo tanto Ciutadans, como Catalunya Sí que es Pot y el PSC es en que la presión independentista es muy fuerte y que imágenes como la multitudinaria manifestación de la Diada provocan incomodidad entre aquellos que no quieren la secesión. La directora de la campaña socialista, Assumpta Escarp, subraya que uno de los problemas es que las cosas no se han explicado bien. «El cielo no existe en la tierra y hay que hablar con mayor claridad [en referencia a las candidaturas independentistas] y no engañar». Escarp considera muy arriesgada la afirmación de Albiol de que la Generalitat puede tomar represalias contra aquellos que están en contra de separarse del resto de España: «Si eso fuese así significaría que se está matando la democracia».

Evitar confusiones

Por su parte, el codirector de la campaña de Catalunya Sí que es Pot, Marc Rius, señala que no hay que confundir la incertidumbre con el miedo. «Esta es una campaña muy distinta y hay gente que aún está buscando cómo ubicarse. Existe un grupo transversal, próximo a distintas candidaturas, que tiene una actitud más distante y que, sin ignorar el debate nacional, quiere que se debata también sobre otros temas como las políticas sociales o el balance de la gestión del Govern». Su cabeza de lista, Lluís Rabell, introduce en sus discursos las referencias a los recortes o la corrupción, aunque en Catalunya Sí que es Pot reconocen que es difícil salirse del «monotema».

Estas tres candidaturas también coinciden en que existe una supremacía del discurso soberanista. «La televisión pública. Y los que no lo somos nos sentimos un poco desamparados. Existe una Catalunya oficial, que trabaja con toda la maquinaria a toda marcha y la prueba es la manifestación del Onze de Setembre», destaca Rivera. En las filas socialistas, Escarp puntualiza que cuando se acusa a los medios públicos catalanes de trabajar a favor de la independencia no se está criminalizando a sus profesionales: «De la misma manera que cuando criticamos los recortes en sanidad no estamos cuestionando la labor de los médicos, cuando nos referimos a algunos medios públicos estamos criticando las decisiones de los que planifican las informaciones, pero no a los profesionales».