Junts pel Sí podría perder el miércoles su primera votación en el Parlament

La CUP niega su apoyo a la coalición en una moción que exige al Govern abonar a los funcionarios atrasos pendientes

Albert Botran y otros miembros de la coalición, ayer en el Parlament.

Albert Botran y otros miembros de la coalición, ayer en el Parlament.

XABI BARRENA / BARCELONA

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La unión de esfuerzos coyuntural entre Junts pel Sí y la CUP pasará el miércoles, en el pleno del Parlament, por la primera prueba de fuego, a raíz de una resolución presentada por toda la oposición, incluida la fuerza asamblearia, para que el Govern abone los atrasos pendientes del 2012 a los funcionarios. La coalición de CDC y ERC ha presentado una enmienda que pretende impedir que prospere la iniciativa, con el fin de evitar "tensiones en la tesorería" de la Generalitat, como ha explicado el diputado de la CUP Albert Botran. Y es que en la caja fuerte de la Generalitat hay poco más que telarañas. Los anticapitalistas han anunciado este martes que votarán en contra de la enmienda.

Todo esto sucede poco después de que la 'consellera' y portavoz del Ejecutivo catalán, Neus Munté, adujera, tras la reunión del Consell Executiu, que la intención del 'president' Carles Puigdemont es que los funcionarios recuperen el poder adquisitivo perdido, aunque para ello son necesarios unos nuevos presupuestos. O lo que es lo mismo, Munté ha dicho a la CUP que si quiere, de una manera efectiva, ayudar a los funcionarios, que vaya pensando en apoyar las cuentas que presentará el vicepresidente Oriol Junqueras.

Por primera vez tras el pacto para la investidura, los cuperos han estado presentes este martes en la reunión del grupo parlamentario de Junts pel Sí. De manera excepcional solo ha acudido Gabriela Serra, ante la ausencia del que será su compañero en la 'trinchera enemiga', Benet Salellas.

Además de confirmar el voto contrario a la enmienda de Junts pel Sí, Botran ha "celebrado" la retirada de la Generalitat de las acusaciones en los procesos judiciales abiertos, en lo que en lenguaje anticapitalista se conoce como "protestas políticas". Y que Can Vies se haya quedado fuera de ese paquete en el que la Generalitat se inhibe tampoco ha causado mayor desazón: "Nos gustaría que también se retiraran de ese caso", ha señalado un conciliador Botran.