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TRAS LA RETIRADA DE LA EUROORDEN

Puigdemont: "No tardaré 20 años en volver a pisar suelo catalán"

Puigdemont: "No voy a tardar 20 años en pisar suelo catalán"

Puigdemont: "No voy a tardar 20 años en pisar suelo catalán” / periodico

Carles Planas Bou

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El pasado 25 de marzo el independentismo catalán recibía una de sus noticias más amargas, Carles Puigdemont había sido detenido por la policía alemana y encerrado en la prisión de Neumünster. Cuatro meses después, el ‘expresident’ se ha despedido de Alemania visiblemente alegre. "No sé si voy a tardar 20 años en pisar suelo español pero sí sé que no tardaré 20 años en volver a pisar suelo catalán", ha asegurado.

Así, este sábado regresará a su residencia belga en Waterloo, desde donde articulará el llamado ‘Consell de la República’ y ha asegurado que trabajará para "recuperar la normalidad". Bruselas, ha asegurado, es el lugar idóneo para solicitar una mediación europea en el conflicto catalán. “No tenemos el apoyo de ningún estado pero sí el de muchos ciudadanos de la UE que entienden nuestra causa”, ha confesado.

El líder independentista es un poco más libre desde el pasado jueves, cuando el magistrado del Tribunal SupremoPablo Llarena, retiró las euroórdenes contra los políticos catalanes residentes en el extranjero tras ver como la Audiencia Territorial alemana de Schleswig-Holstein tumbaba su extradición por delito de rebelión. "La justicia alemana ha dejado claro que con el derecho penal hay que ser muy cauteloso y no puede utilizarse para resolver conflictos políticos", ha explicado su abogado alemán, Wolfgang Schomburg. En su paso por Alemania Puigdemont se ha reunido con representantes políticos de hasta cuatro partidos.

Inestabilidad en Madrid

Ante el cambio del panorama político con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa Puigdemont ha reiterado que siguen abiertos al diálogo pero que es un momento "para los hechos, no solo las palabras". Este viernes, los diputados posconvergentes y los republicanos deberán decidir si apoyan los objetivos de déficit del gobierno español, un apoyo que sigue en el aire. Así, la estabilidad de Madrid estará en parte en las manos de los independentistas, que ya han asegurado que "nada es gratis". 

Una de las condiciones puede ser la apertura de Madrid a las aspiraciones independentistas. “Lo normal es que quien recibe los votos de alguien corresponda. Mientras eso sea así no veo razón para cambiar nuestra posición”, ha explicado Puigdemont. El ‘expresident’ ha reiterado que siguen abiertos al diálogo y ha descartado trabajar para un nuevo referéndum

Cisma en el Gobierno

Todo eso en un momento de máxima tensión entre socios del gobierno, enfrentados por las discrepancias sobre si acatar o no la suspensión de los diputados independentistas dictada por el Tribunal Supremo. Mientras que Junts per Catalunya pretendía blindar exclusivamente a Puigdemont, ERC se opuso a hacer diferenciaciones, lo que abrió una serie de graves acusaciones que "rompieron la confianza" entre aliados. El cisma obligó a suspender el último pleno del Parlament antes de vacaciones y ese mismo bloqueo cerrará la cámara hasta octubre.

Este martes la portavoz del gobierno catalán, Elsa Artadi, confirmó que desde el pasado 13 de julio el Parlament retiró el sueldo a los seis diputados catalanes suspendidos por el delito de rebelión presentado por Llarena, entre los que se incluye Puigdemont, algo que no gustó en las filas posconvergentes. Esa decisión ya ha sido recorrida judicialmente por sus abogados, que la consideran ilegal. "Se ha utilizado una regla general de suspensión de cargos públicos que su utiliza únicamente por casos de terrorismo", ha explicado su abogado, Jaume-Alonso Cuevillas.

Control del PDECat

Este fin de semana, Puigdemont tomó definitivamente las riendas del PDECat al forzar la defenestración de la hasta ahora coordinadora del partidoMarta Pascal, una de las pocas voces que cuestionaba las exigencias del ‘expresident’. La victoria de sus fieles le dará libertad absoluta para disolver el partido e impulsar una nueva metamorfosis del espacio posconvergente con Crida Nacional per la República, un proyecto de confluencia independentista con el que arrebatar votos a ERC.

Los republicanos ya han mostrado su descontento con el nuevo proyecto político de Puigdemont, que ven como una reorganización del espacio del centro-derecha catalán. Con hasta 40.000 inscripciones, Crida Nacional per la República tiene ya "más seguidores que la militancia de los tres partidos independentistas juntos".