Ciudadanos y su Plan Hidrológico fracasan en las Terres de l'Ebre

Ciudadanos obtuvo en las elecciones generales 489.503 votos (el 13,05%) en Catalunya, pero pocos los consiguió en las Terres de l'Ebre. Habrá otras razones, por supuesto, pero su propuesta de impulsar un Plan Hidrológico NacionalPlan Hidrológico Nacional para centralizar la gestión del agua --para convertirla en una "competencia estratégica nacional" que evite "una visión localista y un modelo insolidario en el uso de la misma"-- no le ha servido precisamente para implantarse con fuerza en las comarcas por las que pasa el río. De las 84.789 personas que votaron en los comicios del 20-D en los 52 municipios de la Terra Alta, la Ribera d'Ebre, el Baix Ebre y el Montsià, solo 6.672 (el 7,9%) se decantaron por el partido naranja.

En Tortosa, la localidad más poblada de la zona y capital del Baix Ebre, Ciudadanos recopiló 1.474 papeletas de las 15.090 que se introdujeron en las urnas. En Amposta, capital del Montsià, 802 personas votaron al partido naranja de las 9.441 que participaron. En Gandesa (Terra Alta), la fuerza de Albert Rivera obtuvo 116 sufragios de un total de 1.384, mientras que en Móra d'Ebre (Ribera d'Ebre) registró 234 papeletas de las 2.625 que se contabilizaron en total.

En todos estos municipios todavía están muy frescas en la memoria las manifestaciones que se organizaron durante la década pasada en protesta contra el Plan Hidrológico Nacional que quería llevar a cabo el Gobierno de José María Aznar. Que alguien insista ahora en recuperar la idea no parece la mejor manera para cautivar a la población.

EL PPC, GANADOR EN CASERES Y CORBERA D'EBRE

Pasar de refilón en esta cuestión -al menos sus máximos dirigentes estatales no la mencionaron- ha sido uno de los factores que le han servido al PP para imponerse a Ciudadanos en las Terres de l'Ebre. Los populares solo quedaron por detrás de la fuerza naranja en dos municipios de la región (Móra d'Ebre y Xerta), pero es que, además, fueron el partido más votado en Caseres, con 43 votos, y en Corbera d'Ebre, con 123. Estos dos núcleos de la Terra Alta y Pontons (Alt Penedès), el único pueblo de Catalunya donde el alcalde es del PP, son las tres localidades catalanas en las que los conservadores ganaron las elecciones generales.

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Ciudadanos, que el 20-D venció en seis municipios (Salou, Vila-seca, Roses, Vilamalla, Arres y Mont-roig del Camp), fue el último partido con representación en el Congreso en la gran mayoría de localidades de las Terres de l'Ebre. Solo pudo consolarse con el fracaso de Unió Democràtica. La Palma d'Ebre y Rasquera fueron las únicas poblaciones en las que los democristianos superaron en votos al partido de Rivera. En otra empataraon y en las 49 restantes, aunque fuera por un par de votos (cabe tener en cuenta que el censo es muy bajo en varios de ellos), Ciudadanos quedó por delante. También aventajó al PSC en Arnes, Vilalba dels Arcs, l'Ampolla y Santa Bàrbara y a Democràcia i Llibertat en La Sénia.