Artículo de Josep Oliver Alonso: 'La mejor defensa de la dignidad'

Fui a la manifestación tanto por dignidad como por interés. Por cálculo político, para evitar límites a las aspiraciones de Catalunya, como apunta el Tribunal Constitucional y avalan los grandes partidos en Madrid. Con el café para todosya se quiso diluir la cuestión catalana. Y aunque Catalunya ha liderado el autogobierno que todos comparten, hay un sentimiento nacional que ni es general ni ha sido colmado. Por tanto, habrá que continuar presionando con nuestras demandas.

Además, el recorte del Estatut obliga a posicionarnos para el día siguiente. Y si algo hemos aprendido últimamente es que con la fuerza de la razón no basta y a ella hay que sumar la razón de la fuerza democrática, expresada ayer. Otros impulsos son más íntimos. En el debate estatutario me he sentido menospreciado, como ciudadano catalán, por tantos agravios que el clamor de la manifestación aparecía como la mejor defensa de nuestra dignidad colectiva. Sin pan no viven los pueblos. Pero sin dignidad, tampoco.