tú y yo somos tres

De Wild Frank al bestia de Trump

ferran / Monegal

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De las bestezuelas de Frank, al bestia de Trump. Este ha sido el contraste de la tele este fin de semana. Me quedo con Frank. Absolutamente. Lo suyo es hasta enternecedor. Lo del otro ha sido cafre. Ahora Frank acaba de iniciar nueva temporada en Discovery Max ('Wild Frank'), y hemos visto que ha acentuado el didactismo en sus aventuras. Es una decisión que aplaudo. Partiendo de Londres, del Museo de Historia Natural, y después de saludar a la estatua de Charles Darwin que hay allí plantada diciéndole «Adiós chaval», puso rumbo a Australia. Quería descubrir, y enseñarnos, ese repertorio de criaturas del mundo animal que tanto estudió Darwin y que constatan su teoría de la evolución de las especies. Visitó varias bestezuelas. El ualabí de roca, por ejemplo, o el equidna, un rarísimo ancestro del puercoespín, mitad reptil, mitad mamífero, con una nariz larga como la de Pinocho, y con el que Frank jugó largo rato. Naturalmente sacó también a la temible serpiente tigre. Hizo varios posturismos con ella, todos peligrosísimos, con intención de impresionarnos. Eso de Frank y la serpiente es uno de sus ejercicios clásicos. Vaya donde vaya, aunque fuera al Parc de la Espanya Industrial, que todo es cemento y hormigón armado, seguro que tendría una culebra preparada. Esa parte de la serpiente ha sobrado. El resto nos ha gustado. En particular cuando ha visitado a la señora Margaret, que vive con un canguro trepador de tres años. Se llama Kimberly. Con Frank tuvo buena relación. Hasta que se lo puso encima de los hombros. El animal dejó que Frank hiciera su número. O sea, la bestia entendió que estaban en televisión y debía espectáculo. Pero en un momento dado, ¡patapam!, comenzó a defecar encima de Frank. ¡Ah! El canguro Kimberly debió pensar: «¿Quieres 'show'? Pues ahí va una larga y cálida cagada»..

TRUMP, EL CAFRE .- Ninguno de los animales que saca Frank en sus programas alcanza el nivel de cafre que ha alcanzado Donald Trump en su segundo debate televisado. No habló de política: enfocó la sesión con ataques personales sobre dónde ha metido el pene Bill, el marido de Hillary Clinton, a lo largo de los últimos 23 años. La ristra de mentiras que ha soltado ha dejado los 'factcheck', los detectores, temblando. Espanta pensar que este elemento pueda llegar a presidente de Estados Unidos. Tomen nota en el 'Sálvame' y en el 'Deluxe'. Al lado de Trump, parecen monaguillos de parroquia de barrio.