Al contrataque

Trump, como otra plaga de Egipto

Que conste que lo de vivir con temor, ahora con Trump, no es ninguna novedad. La humanidad superpone miedos generalizados como si fueran las plagas de Egipto

Protestas contra Trump en Chicago.

Protestas contra Trump en Chicago. / periodico

ANTONIO FRANCO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El miércoles por la mañana nos llegó y tomó forma un nuevo miedo colectivo: lo que podrá llegar a pasar con Trump. Es un temor global a una hidra rubia con muchas previsibles cabezas. Citaré dos esenciales: un endurecimiento aún mayor de los abusos de esa modalidad del capitalismo degradado que ya predomina en el mundo, y un acelerón del suicidio ecológico que padece el planeta tras la muy posible marcha atrás en el pacto climático.

Pero hay muchas más cosas que nos perturbarán el sueño, como la desprotección de Europa si los países de la UE no vuelven a armarse hasta los dientes (y a empobrecerse más con ello). O un retroceso en la tendencia progresista al reconocimiento de los derechos y libertades individuales (mujer, sexo, laicidad, privacidad...) conseguidos con tanto esfuerzo. Y por aludir a una gran cuestión del presente: la consolidación de la desvergonzada moda antinmigrantes y antirrefugiados, tengan los problemas que tengan. Y no olviden la peor amenaza: el riesgo de nuevas guerras a partir del momento en que la política exterior de EEUU y el botón nuclear están en manos de un reconocido simplista indocumentado.

Que conste que lo de vivir con temor no es ninguna novedad. Desde que nací la humanidad ha ido superponiendo y encadenando grandes miedos generalizados. Han sido como las plagas de Egipto. Recordemos aquellas pesadillas individuales por miedo a nosotros mismos después de que se supo lo que llegaron a hacer personas teóricamente normales durante la etapa nazi. Y luego, el miedo organizado contra el peligro rojo, cuya bota bélica podía llegarnos desde el Este o desde el espacio.

AMEDRENTAMIENTO SISTÉMICO

Por otro lado, forma parte del amedrentamiento sistémico de la gente el miedo occidental a la pobreza y el desempleo, a lo que supone la voluntad de desmantelamiento del Estado del bienestar. También su equivalente en el mundo en vías de desarrollo: el frenazo a las políticas sociales antes de que llegasen a empezar. Más adelante, tras el 11-S, el miedo cerval al terrorismo de Al Qaeda, y posteriormente el pánico al yihadismo que banaliza barbaridades como la utilización sistemática de civiles como escudos humanos en las actuaciones militares, dentro de la pérdida de valor de la vida humana, así como las violaciones sexuales como componentes habituales del quehacer cotidiano.

Íbamos mal y con lo que puede aportarnos Trump probablemente nos irá peor. Hacemos bien en tener miedo. Trump encarna la materialización en el poder del conservadurismo populista, del mismo modo que Thatcher hizo lo propio con el conservadurismo de las élites convencionales, y Tony Blair, un tercer gran demonio, con el conservadurismo aparentemente progresista.