Ventana de socorro

No son un objetivo

La segunda guerra mundial abrió el ciclo en el que se exterminan niños y se viola a mujeres

ÁNGELES
González-
Sinde

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Es muy difícil decir algo que se acerque a la vivencia de cientos de miles de personas en Siria. Es imposible que unas palabras impresas en un periódico a cientos de kilómetros de allí, escritas en el confort de tu hogar y leídas quizá en la barra de un bar mientras tomas el café en una pausa laboral, tengan alguna utilidad para quienes lloran en un hospital destruido. Da vergüenza aportar tan poco, unas líneas, unos pensamientos. Lo que quizá sirva es recordar que a lo largo de la historia de la humanidad, en las guerras no se mataba ni a niños ni a mujeres ni a quienes estaban en la retaguardia.

Las guerras se dirimían entre soldados en campos de batalla y si una ciudad era asediada, como Troya, se cantaban los hechos hasta convertirlos en míticos porque todo el mundo entendía que atacar a las poblaciones era hacerlas pagar por decisiones sobre las que no tenían ningún control, decisiones de gobiernos, de mandos del Ejército, de dirigentes, en suma, y no de individuos completamente inocentes. Y sobre todo porque se entendía que había unas reglas y que la mayor atrocidad que puede cometer un ser humano es matar niños. El rey Herodes, Saturno y otras figuras bíblicas o mitológicas nos indicaban hasta qué punto era aberrante.

A lo largo del siglo XX esto fue cambiando. La segunda guerra mundial inauguró otro ciclo, ese en el que se exterminan niños y contra las mujeres se utiliza la violencia sexual que a veces deriva en el nacimiento de hijos del enemigo, del torturador, del exterminador. LeningradoSarajevo fueron algunos de los grandes asedios del siglo XX, pero no los únicos. En las guerras africanas de los años 90 se perfeccionó la técnica hasta utilizar a niños secuestrados, drogados y entrenados para matar.

En Paquistán ya van dos atentados contra escuelas o parques infantiles, es decir, los niños no son meras víctimas secundarias, sino el objetivo principal contra el que se diseña el operativo mortal. Médicos sin Fronteras quiere parar esta locura y para ello ha iniciado la campaña #nosonunobjetivo. Súmate.