Pequeño observatorio

Seductora música en las calles

Un proceso participativo con música podría aumentar la cohesión social de un barrio

Un músico interpreta un recital en el centro de Barcelona.

Un músico interpreta un recital en el centro de Barcelona. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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El titular de la noticia me ha interesado. No es una de esas noticias impactantes, capaces de sacudir la sociedad barcelonesa. La noticia la leo en este diario:  «El ayuntamiento de Barcelona pone la música en vivo como prioridad». Una futura ordenanza ampliará las facilidades para los pequeños locales. Dice Ernest Alós que el concepto «consumo cultural» no gusta al nuevo comisionado de Cultura de Barcelona, ni los grandes eventos son su modelo. Una cosa es la música en directo en pequeños locales y en las calles y otra vez los grandes festivales.

Hay que crear, dicen, unos espacios de «cultura viva». Pero no estoy al corriente de todos los detalles. Solamente puedo asegurar que siempre me han gustado esos espacios en mis viajes por el extranjero. Caminando, encontraba a un violinista -las manos en el instrumento y el estuche vacío a sus pies- esperando que algunos ciudadanos de los que pasaban por allí depositaran algunas monedas.

Yo he sido un bobo-espectador-oyente de esta música de calle, a menudo a través de instrumentistas de calidad, a menudo de estudiantes de música que se pagaban los estudios con la ayuda de las monedas que recibían de los ciudadanos que pasaban. Y que a menudo se detenían seducidos por aquellas músicas. Yo lo he hecho más de una vez.

En Barcelona, dice Alós, se habla de una vía abierta para la música en vivo que sería la ampliación de la prueba piloto realizada en Ciutat Vella, y que permita la música en las calles de la ciudad de una forma regulada. Un proceso participativo con música quizá podría aumentar la cohesión del tejido social de un barrio.

Sin embargo, no sé si algunos de los barceloneses que esperan, entre apreturas, que llegue un metro se quedarían un rato más en el andén para poder escuchar la interpretación del final de una sonata.