La rueda

«Nadie nos representa»

MANEL FUENTES

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Si accedes a los túneles de Vallvidrera desde Les Planes, hay una pintada en la pared de uno de los puentes adyacentes que impacta. «Nadie nos representa». La frase es conmovedora. Y como tiene la virtud de no estar en un acceso muy transitado ni de centrarse en ningún nombre ni colectivo propio, puede tener la fortuna de perdurar en el tiempo antes de que un bote de pintura pública o privada la ahogue diluyéndola en la uniformidad del gris cementero de la infraestructura.

¿A quién y a qué se refería el autor cuando la escribió? ¿A que los políticos no se ocupan del barrio que vive entre la opulencia de Sarrià y la de Sant Cugat sin los mismos recursos? ¿O acaso el impacto pretende ser más general? Quizá es un grito ciudadano contra la acción política al dictado de los mercados… El caso es que el impacto, más allá de la denuncia general o concreta, nos puede llevar a la filosofía.

¿Hay realmente alguien que nos pueda representar? Ni el arte, ni la imitación, ni la clonación consiguen ese propósito. Nunca se reconocerá igual el objeto o la persona representada ante sí misma. Siempre habrá diferencias entre el mapa y el territorio, por ponerlo en términos del últimoHouellebecq.

Así las cosas, tendremos que pactar unos mínimos. ¿Qué le pedimos a la democracia representativa? ¿Somos capaces de definir cuáles son nuestros rasgos distintivos comunes por los que queremos luchar? ¿Somos exigentes para que quien los represente en organismos de decisión no se desvíe? ¿Tenemos suficiente información para saber lo que conllevan nuestros deseos y nuestros derechos? Si la responsabilidad nos la exigimos todos, electores y elegidos, el margen para el populismo y el mangoneo cada vez será menor. El primer paso es tomar conciencia de ello y tal vez la pintada anónima de Les Planes contribuya a ello. Desde aquí mi agradecimiento al autor desconocido de la pintada en cuestión. Ese grafito, más que al desconsuelo, a lo que me lleva es a la acción. Por favor, no lo quiten del paisaje. A veces debajo del puente está el futuro y la inspiración.