La rueda

Miedo para siempre

Lo peor es que si el yihadismo vuelve a matar no lo hará ahora, sino cuando nos calmemos

CARLES SANS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Apesar de vivir desde hace ya bastantes años en democracia, en este país pasamos desgraciadamente y durante mucho tiempo por el calvario de un terrorismo que de forma ininterrumpida fue golpeando a muchas personas, dejando un reguero de muerte y miedo imposible de olvidar. ETA mató en toda España, causando en algunos casos verdaderas masacres que golpearon muy duramente, llevándose por delante a personas que nada tenían que ver, en muchas ocasiones, con el llamado 'problema vasco'. Pero a pesar de correr cierto peligro, sobre todo en Euskadi y también en Madrid capital, en el resto no sentíamos el miedo de un atentado. No era una sensación persistente, no la creíamos probable, al menos en Catalunya. Sabíamos que el conflicto se localizaba sobre todo en dos puntos muy concretos, y aquellos que no residíamos allí estábamos más atemorizados por la inestabilidad política que generaban esas muertes dentro de una incipiente democracia que por la posibilidad de convertirnos en víctimas.

Ahora, tras los atentados de París, las sensaciones son socialmente distintas. Sabemos que en Catalunya reside la comunidad salafista más numerosa de España, que, si bien no es favorable al terrorismo, tiene una doctrina claramente radical. Además, los terroristas islámicos no huyen como lo hacían los etarras. Mueren en el atentado, lo que hace que se haya creado una psicosis centrada, sobre todo, en aquellos lugares o eventos donde se reúna un importante número de personas.

Un amigo dijo «no» a la invitación al concierto de Madonna, otro rehusó asistir al partido de Champions del pasado martes. Una señora me comentaba que le daba miedo entrar en el mercado donde había ido a comprar toda la vida. Lo peor es que si han de volver a matar no lo harán ahora, sino cuando volvamos a calmarnos. Si es que volvemos a hacerlo alguna vez.