Hacernos 'millenials'

Analizada con los parámetros clásicos, los denominados millenials millenialsson una generación muy maltratada. En muchos casos no han conseguido empleos acordes con lo bien formados que están. La vivienda se les ha puesto imposible. Los mejores, curiosamente, se han visto obligados a emigrar. Y en casi ningún caso han ingresado en una empresa en la que puedan pretender pasarse "toda la vida".

Con todo, al ser los primeros nativos digitales han vivido un privilegio inédito en la historia más reciente de la humanidad. Han sido protagonistas de un cambio de hábitos y de formas de vida que no solo les ha arrastrado a ellos sino al conjunto de la sociedad. Sus maneras de actuar no se han extendido progresivamente cuando se han hecho mayores y han ocupado más espacio social.

Al contrario, sus mayores se ven abocados hoy a "hacerse millenials en afortunada expresión de una de las consultoras que mejor conoce los intríngulis de la transformación digital, Juncal Garrido. El Cercle d'Economia reunió este martes entorno a Garrido a un elenco de especialistas para hablar de la gestión del talento digital bajo el paraguas del BBVA.

La tesis compartida por la mayor parte de los ponentes es bien sencilla: la velocidad de la transformación digital en las empresas es tal que no pueden seguir el ritmo simplemente incorporando al talento "millenialsino que tienen que hacerla con la gente que ya tienen. Cristina Álvarez, responsable de Tecnologías de la Información en Telefónica durante una década, dejó claro que el gran error de muchas empresas es considerar el tema digital como una cuestión "tecnológica" cuando la pegunta que deben hacerse los consejos de administración es la siguiente: ¿Cómo van a gestionar su cuenta de resultados como consecuencia de los cambios de hábitos de los consumidores? Lo digital no es hoy un apéndice ni puede ser tampoco una "división" especializada sino que está en el centro de todas las operaciones. 

Lo que subyace en este planteamiento es la necesidad de crear un nuevo pacto generacional también en las empresas que también es necesario en el conjunto de la sociedad. Los adultos de hoy tienen el reto de "hacerse millenials" que es algo más complejo que comprarse un smartphone y  darse de alta en unas cuantas redes sociales. Significa entrar en una mentalidad nueva para lo cual es imprescindible demoler algunas estructuras que hoy son excesivamente rígidas tanto para acoger al talento millenial en las empresas como para atender a los nuevos hábitos de los clientes. El acento, pues, hay que ponerlo en la "transformación" más que en lo "digital". Algunas empresas, por ejemplo, han planteado con éxito experiencias de mentoring inversomentoring en las que son los más jóvenes los que tutorizan a los más mayores. La clave del asunto es que la ecuación del éxito hoy es imposible sin la amalgama de conocimientos diversos, el que tienen los que conocen un oficio o un negocio de toda la vida y el que tienen los nativos digitales. Por eso es un error, separar la actividad de las empresas entre lo analógico y lo digital, ambos deben fusionarse y para ello es imprescindible romper los silos tradicionales. Toca hacerse millenials.