Coetzee hacia el Sur

El último libro del Nobel J. M. Coetzee, 'Siete cuentos morales', se ha publicado primero en español y en Argentina (aquí ha llegado pocos meses después). No ha sido un azar: así lo ha querido el escritor. Hay en la decisión un gesto político de rechazo al imperio cultural anglosajón y también de protesta a favor del Sur, un Sur que es toda América Latina, África, una parte de Asia y Australia. En su última novela, 'Los días de Jesús en la escuela', ya había imaginado un Más allá en el que el inglés global ha sido sustituido por la lengua del Quijote y de Borges. 

El Nobel surafricano 
milita contra la mentira y el ejercicio impúdico del poder

Coetzee tiene un vínculo singular con Buenos Aires. En el 2014 fue nombrado doctor honoris causa la Universidad Nacional de San Martín, donde se creó la Cátedra Literaturas del Sur que él dirige y desde la que fomenta el intercambio intelectual entre países del hemisferio Sur. Antes de eso, en el 2013, la exquisita editorial El Hilo de Ariadna había inaugurado la Biblioteca personal Coetzee en la que él seleccionó y prologó algunas de las obras que marcaron su formación literaria (de Hawthorne y Tolstoi a Kafka y Beckett, de Defoe y Flaubert a Robert Walser o Patrick White), una selección que estaría bien que circulara por aquí también, quizá de acuerdo con Random House, con quien coedita ahora estos cuentos impagables. 

Si no fuera una desmesura diría que a Coetzee ya no le interesa la ficción en sí misma, sino lo que a través de la ficción puede lograrse en el lector: desasosegarlo, encararlo a sus contradicciones, arrancarlo de letargos inducidos, soliviantarlo mediante el mero recuerdo de su condición de ser mortal y moral. Coetzee milita contra la mentira y contra el ejercicio impúdico del poder, tanto en su papel de estrella literaria mundial como en el seno de su obra. Estos cuentos son una prueba: aquí reaparece Elizabeth Costello, la célebre escritora creada en 1999, que, asumiendo su vejez, se resiste a aceptar la gestión familiar de su decrepitud. Frente a los argumentos de la razón, Coetzee opone las facultades del corazón; frente a la lógica científica, una empatía y una compasión que trasciende a los seres humanos. El compromiso ético de Coetzee no ha dejado de moverse. Hacia el Sur.