Al contrataque

Coherentes

Hay que reconocerlo: los únicos coherentes consigo mismos son los okupas y los de la CUP. Aunque otra cosa distinta es que el resto queramos lo mismo

MANEL FUENTES

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¿Pagar impuestos y vivir según las leyes o no pagarlos y formar parte de la revolución, con todo lo que eso conlleva? ¿Votar con consciencia y consecuencia o abrazar la papeleta desde la estética? ¿Valorar a nuestros políticos por su coherencia y actuar en consecuencia o entregarse al hooliganismo políticamente correcto o incorrecto? El caso de los okupas de Gràcia da para mucho. Para empezar, para analizar y poner ante el espejo la coherencia de nuestros políticos y ver cómo los únicos que armonizan lo que dicen con lo que hacen son los de la CUP. Si su apuesta es la revolución y abolir el capitalismo, hacen bien en abrazar el movimiento okupa. Incuso a partir de ahora podrían insultar a mossos y periodistas cuando entrasen en el Parlament. Ahora bien, que socios se lo hagan mirar (con los que tienen que dejar el país en 18 meses a las puertas de la independencia).

Lo de Trias es alucinante. Tras el 'caso Can Vies' y antes de la campaña electoral, el alcalde decidió pagarle el alquiler de un local privado -es igual si era un banco o una churrería- a los okupas para que, ley en mano, no fueran desalojados. Lo raro no es que la fiscalía le investigue; lo raro es que la mayoría de los barceloneses no hubiera exigido que sus alquileres los pagara también el Ayuntamiento.

Dice Trias que eso era una medida para ganar tiempo para la negociación… pero qué negociación va a haber si una de las partes ya tiene lo que quiere. ¿Alguien de verdad pensaba que si se dejaba de pagar el alquiler, la ley no iba a funcionar y los okupas antisistema no iban a protestar a su manera por el desalojo?

PROPIEDAD PRIVADA Y LEGALIDAD

Colau ha sido más 'legal' aunque ahora, con Gràcia en llamas, espera que el barrio resuelva el marrón. Y mientras: alboroto, destrozos, periodistas agredidos y sensación de infantilismo y decadencia insoportables.

El debate es sobre la propiedad privada y la legalidad. Y como los políticos se han llenado la boca tratando de distinguir, según sus intereses, entre las leyes que quieren acatar y las que no, ya nadie tiene autoridad para decir o hacer nada coherente.

En el Port Vell también hubo una batalla campal entre los que pagan impuestos por sus tenderetes, y los del 'top manta' que están justo al lado con más bula que nunca. ¿Qué hacemos? ¿Dejamos todos de pagar y nos cargamos el orden establecido? Nadie sabe dónde va la ciudad. Nadie sabe dónde va esta coalición imposible que gobierna Catalunya. Nadie sabe dónde va el Gobierno de Rajoy que incumple con casi todo el mundo y aún promete imposibles. Hay que reconocerlo: los únicos coherentes consigo mismos son los okupas y los de la CUP. Aunque otra cosa es que el resto queramos lo mismo. Pero está claro que ni sabemos defender un modelo sin complejos, ni somos coherentes en casi nada.