Se busca culpable

El exjuez Santi Vidal, el año pasado en Sabadell.

El exjuez Santi Vidal, el año pasado en Sabadell.

ALBERT SÁEZ

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El drama de autoimponerse plazos para decisiones que dependen de terceros es que acaban por devorar a los protagonistas. El autogol del juez Santi Vidal y el sí de la CUP a los presupuestos ha puesto a los independentistas cara a cara con su compromiso de convocar un referéndum sobre la independencia antes de que acabe el año, con o sin el acuerdo con el Estado, con o sin el acuerdo con alguna institución internacional y con o sin el acuerdo de los catalanes que tienen previsto votar que no y que aceptan el veredicto de las urnas.

Este camino despejado es un triunfo de la estrategia de Puigdemont desde que dejó de estar hipotecado por las condiciones que le hiceron 'president', pactadas por Mas. Pero también es un momento de vértigo. Jordi Évole hablaba del final del culebrón. Como cuando se anuncia el cierre de la temporada de una serie, los guionistas -de acuerdo con los productores- han de decidir qué personajes mueren definitivamente y cuáles quedan en el limbo a albur de una hipotética nueva entrega.

Fue famoso en su momento un final de temporada de 'Dallas' en el que todos los protagonistas se subieron a un avión que acabó estrellado y sobre los restos de la catástrofe salieron las letras del "continuará". Los productores negociaron la renovación de las estrellas a la baja porque la trama les había dejado a todos a merced del capricho de los guionistas.

En el final de la actual temporada del independentismo en Catalunya, la CUP ya se ha asegurado la superviviencia. Por ellos no descarrilará. También ha estado atento Junqueras con el caso del juez Vidal, a Esquerra no le han temblado las piernas para sacrificar a una de sus estrellas. El tren no descarrilará por algún iluminado. Al tiempo que el episodio ha puesto en bandeja el final més esperado: que sea la justicia española la que provoque el descarrilamiento. Quedan algunos candidatos por descartar o confirmar en los próximos días. Algunos sueñan en una escasa movilización popular ante el juicio de Mas con lo que se podría culpar a la "gente" y a su falta de valentía del final precipitado del episodio. Y hay quien piensa también en Colau, como aspirante a culpable final. Hagan sus apuestas.