El cuerpo me lo pide a gritos

Entro en el club con paso decidido. Enérgico. Casi marcial. Necesito una explosión. Mi cuerpo lo pide a gritos. Tropiezo con un sol insolente. Me ciega desde los grandes ventanales. Miro desafiante el exterior. Un mar en guerra me reta. No recojo el guante. Busco otro objetivo. Lo localizo. Altivas y orgullosas, las placas del Fòrum aguantan mi mirada. Acepto el envite. Menos de una hora en ir y volver. Me visto para la batalla. Los músculos se tensan, la boca se seca, el corazón se agita, el vello se eriza. Podría salir volando. No lo haré.

Salgo a la calle. El ansia me puede. Mi mente se esfuerza por controlar el apremio de mis piernas. Me freno. Paso ligero. Trescientos metros de pasillo industrial. Por fin, el horizonte se abre y el gris se desvanece. Un bálsamo para mi urgencia. El olor a salitre atempera mis nervios. En la plaza del Mar, hombres con mucho pasado y poco futuro juegan a la petanca. Acelero la marcha. En la playa de San Sebastià sorteo mujeres con huesos de cristal que sazonan sus penas con sal. Valientes de agua helada. El invierno aprieta. El Port Olímpic me anuncia el final de la Barcelona de antaño. Recorro las playas de Nova Icària y Mar Bella. Chiringuitos de diseño y aromas por diseñar. Veinticinco minutos. Mal promedio. Fuerzo la marcha. Paso como una exhalación por la Nova Mar Bella y Llevant. Cien metros más. Una inmensa explanada se despliega ante mí. A poca distancia se yergue mi objetivo. Llego. Media batalla ganada. Deshacer el camino y ganar la guerra.

Entro en el club con paso tranquilo. Titubeante. Casi torpe. La dulzura de los rayos del sol se filtra por los ventanales. Me apoyo en el quicio y disfruto de sus cálidas caricias. Miro al horizonte. Contemplo el mar. Parece tranquilo. Me dejo mecer por las olas mientras miro hacia el Fòrum. Percibo la energía derrochada por el camino. Sonrío. Mi cuerpo se relaja. Cada uno de mis músculos se destensa. Me descalzo. Me siento ligera, liviana, casi etérea. Podría salir flotando. Lo haré.

Redactora de Cultura y  Espectáculos. Si no corro, boxeo.