LA CLAVE

La pinza contra Sánchez

El giro radical del PP y el PDECat trenza un hilo de complicidad entre ambos partidos, que se alimentan de la confrontación mutua y del 'cuanto peor, mejor'

Puigdemont y Pascal, en un acto independentista en julio del 2017.

Puigdemont y Pascal, en un acto independentista en julio del 2017. / .39353187

ENRIC HERNÀNDEZ

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La sentencia de muerte sonó así, poco más o menos: "Al apoyar la moción de censura de Pedro Sánchez, Marta entorpeció mi estrategia jurídica de defensa y mi estrategia política. Y eso no lo puedo consentir." Carles Puigdemont hablaba en tercera persona porque no quiso siquiera escuchar el alegato final de la condenada; a Marta Pascal, que imploró al expresident diálogo y hasta clemencia, la pena capital le fue comunicada a través de un intermediario que nada pudo hacer en su favor.

Si la condena del caso Gürtel se hubiera retrasado un par de meses, pues, gracias al PDECat Mariano Rajoy continuaría como presidente del Gobierno y Pablo Casado andaría buscando sus trabajos de fin de másterPablo Casado. Porque a Puigdemont, a su juicio, le conviene más que regente la Moncloa el PP, propenso a la mano dura contra el independentismo, que un presidente dispuesto al diálogo como Sánchez. 

El giro radical --la vuelta a las raíces esencialistas-- del PP y del PDECat trenza un grueso hilo de complicidad entre ambos partidos. Una sintonía fundada sobre la animadversión mutua, un odio casi tribal que sin embargo los une en la querencia por la confrontación. Ambos se legitiman ante sus electorados por contraposición al otro, de modo que se necesitan casi tanto como fingen detestarse. 

En medio de este fuego cruzado, de esta inconfesable pinza, están todos los demás. La Catalunya que trata de olvidar la pesadilla de octubre. La que anhela la independencia, pero no a cualquier precio. La España que no se quiere negra ni rehén del goyesco Duelo de garrotes, sino luminosa e integradora.

LOS DEMONIOS DE OTOÑO

Las derechas nacionalistas que juntas han votado investiduras, presidencias del Congreso y leyes que ahogan el gasto social --estas últimas, no hace tanto-- tienen en sus manos dinamitar la recién estrenada etapa de concordia y resucitar los demonios de otoño.

Para evitar que Sánchez cuaje, este viernes el PDECat puede tumbar con el PP y Ciudadanos la relajación de la senda de déficitCiudadanos, si Puigdemont estima que inyectar 450 millones extra a la Generalitat va contra su "estrategia política". Que, como la del PP, es el clásico cuanto peor, mejor.