conferencia en liverpool

La "ambigüedad constructiva"

La división por el 'brexit' también corroe a un Partido Laborista que nunca ha logrado quitarse de encima el antieuropeísmo

manifestacion antibrexit en liverpool

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Rosa Massagué

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‘¡Fuera [de la UE]! y en el mundo’. Parece un eslogan de la campaña para el referéndum del ‘brexit’ del 2016. Es, sí, un eslogan para un referéndum sobre la UE, pero es el que se llevó a cabo en el lejano 1975. Lo firmaba la campaña para abandonar la entonces Comunidad Económica Europea en la que el Reino Unido había entrado dos años antes. En dicha campaña euroescéptica figuraban prominentemente ministros del dividido Gobierno laborista del momento que encabezaba Harold Wilson, partidario de la permanencia junto al resto de los miembros del gabinete.

Aquella situación en Downing Street era más o menos como la que se encuentra hoy Theresa May al frente de un dividido gabinete conservador. Es menos aparente porque está en la oposición, pero la división también corroe a un Partido Laborista que nunca ha logrado quitarse de encima el antieuropeísmo.

El ‘brexit’ es un tema tan divisivo en el seno del laborismo que el pasado año en la conferencia del partido no se permitió debatirlo. Por contra, este año apunta a ser el tema estrella. El encuentro anual se abría ayer en Liverpool con los resultados de una encuesta. El 86% de los afiliados quiere otro referéndum. Y su secretario general Jeremy Corbyn se apresuró a decir que apoyaría una consulta si los miembros del partido lo deseaban, pero que prefería unas elecciones generales. En las del 2017, los laboristas se negaban a un segundo referéndum. Es lo que se ha dado en llamar ‘ambigüedad constructiva’, un constructo lingüístico-político que lo tiene todo de ambigüedad y prácticamente nada de constructivo.

Tímida campaña

Corbyn, contrario a la permanencia del Reino Unido en la UE, se puso de perfil durante la campaña del ‘brexit’ (lo mismo que May, pero en sentido contrario) en la que oficialmente el partido laborista estaba contra la salida aunque la campaña fue tan tímida y hecha con tan escasa convicción que parecía una secuela de la del ‘brexit’. Y una vez realizada la consulta, la consigna era la de respetar el resultado.

La mayoría de los diputados laboristas están a favor de la permanencia y la mayoría de los afiliados están supuestamente en contra, pero un estudio reciente apuntaba a que en cien circunscripciones, muchas de ellas laboristas, los electores se lo han pensado mejor y pese a haber votado ‘brexit’ ahora quieren quedarse en la Unión Europea.

Habrá que ver cómo sale de su conferencia el Partido Laborista, pero en un momento de gran debilidad conservadora cabría esperar que la oposición hiciera su papel de oposición presentándose como una alternativa seria de gobierno con las ideas claras sobre lo que está en juego, que es muchísimo, en vez de dedicarse a la ‘ambigüedad constructiva’, sabiendo, eso sí, que Europa puede ser un enterrador. En el programa electoral de 1983 el partido laborista que lideraba Michael Foot proponía la retirada inmediata de la UE. Aquel programa fue definido como ‘la nota de suicidio más larga de la historia’. Aquel partido, llevaba  cuatro años en la oposición y allí seguiría otros catorce.