teatro
Potitos de larva de mosca
Cuatro emprendedores se suben al Dragon Khan del sistema y en el meneo se les giran los valores, ideales y afectos. Es 'Fairfly', la estupenda nueva aventura de La Calòrica
Imma Fernández
Periodista
Imma Fernández
La historia empieza con las siglas de moda: ERO a la vista. Cuatro trabajadores y amigos de una empresa de nutrición se reúnen para diseñar la estrategia defensiva. Cada uno suelta la suya para esquivar el finiquito. Del sálvese quien pueda -vía camelar al jefe- a la unión hace la fuerza, sindicato mediante. Hay quien propone la vía idealista con otro 'trending topic': 'startup'. Independencia laboral y solidaridad. «¡Vayamos a cambiar el mundo!». Y lo que sigue es un frenético viaje por el capitalismo salvaje de la mano de una de la compañías independientes más interesantes de los últimos años: La Calòrica. Joan Yago, su autor de cabecera, firma esta estupenda 'Fairfly' (mosca justa) que dirige Israel Solà con trepidante ritmo, marca de la casa.
¿Sabían que las larvas de mosca, en particular la soldado negro, tienen un alto valor nutricional? ¿Y que esas asquerosillas -no lo negaremos- larvas resultan muy eficaces para la eliminación de residuos orgánicos? Pues sí, y hete aquí que el avispado autor ha unido ambas propiedades (salud y ecología) para lanzar al mercado 'Fairfly', harinas de larva de mosca, como alimento para bebés. De momento es ficción (aunque ya se usa para pienso de animales), pero quién sabe...
El caso es que los chicos de la función -excelentes Xavi Francés, Vanessa Segura, Queralt Casasayas y Aitor Galisteo-Rocher- se meten a emprendedores. A vender potitos para los insectívoros infantes. Se adentran en la selva del liberalismo económico y por el camino, cual larvas, van experimentando su propia metamorfosis.
Otra transformación, muy acertada, es la de la sala Tantarantana, que programa la obra dentro del proyecto El Cicló hasta el 26 de marzo. La joven compañía (nació en el 2010) ha planteado un espacio a cuatro bandas con los espectadores a un palmo de la aventura y de unos personajes con los que fácilmente nos identificamos. Una mesa, cuatro sillas, cervezas y el alimenticio producto son suficientes en un montaje que maneja de forma magistral las transiciones temporales. Pasan tres años en un pispás gracias a un texto y una dirección muy ágiles.
VIRAJE HACIA EL INDIVIDUALISMO
Los creadores de la hilarante 'Editto Bulgaro' y las premiadas 'La Nau dels Bojos' y 'Bluf' son de los que disparan a los envites cotidianos, no exentos de drama y tensión, con balas de humor. Ya apuntaron a la degeneración laboral en 'Sobre el fenomen de les feines de merde' (2015) y esta vez la diana es la burbuja del emprendimiento. La nueva fe de una generación 2.0 obligada a profesarla. Una mosca cojonera que insiste en que los emprendedores son los superhéroes que necesita esta devastada sociedad del bienestar.
Subidos al Dragon Khan del sistema, montaña rusa de éxitos y fracasos, los sueños colectivos viran hacia el individualismo. «No es lo mismo cambiar el mundo que cambiar nuestra situación en el mundo». Lo dicen los creadores -entusiastas y arriesgados autónomos como sus personajes- de este 'Fairfly' que esperemos vuele muy lejos.
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