Director de 'Amor¿

«El sentimentalismo me pone enfermo, es falso»

El director austriaco de origen alemán Michael Haneke.

El director austriaco de origen alemán Michael Haneke.

NANDO SALVÀ
MADRID

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Su devastadora nueva película,Amor,observa la muerte gradual de Anne (Emmanuelle Riva) y los intentos de su marido, Georges (Jean Luis Trintignant), de lidiar con ella para meditar sobre la vejez, sobre la enfermedad y sobre cómo y por qué amamos. Gracias a ella, Michael Haneke (Múnich, 1942) obtuvo la Palma de Oro en Cannes y ahora opta a nada menos que cinco Oscar, incluido el de mejor película. El filme llega hoy a nuestras pantallas.

-¿Cómo decidió contar esta historia?

-Crecí con una tía a la que adoraba, ella fue quien me educó. A los 80 años le diagnosticaron un cáncer, y me resultó insoportable verla sufrir y no poder hacer nada. Nunca antes había sentido tanto dolor. Logró curarse pero aun así acabó suicidándose. Todo eso me hizo reflexionar. Sin embargo, la historia de mi tía no es la misma que la que cuento enAmor, simplemente me sirvió de inspiración.

-En Amor, desde el primer minuto sabemos que Anne (Emmanuelle Riva) va a morir. ¿Por qué decidió proporcionar tan pronto esa información?

-Porque no quería crear tensión falsa, eso nos habría sacado del tema esencial de la película: cómo lidiamos con la muerte de alguien a quien queremos. Yo quiero atrapar al espectador pero no ahogarlo en el sentimentalismo o el gusto por la miseria humana. El sentimentalismo me pone enfermo, porque se articula sobre sentimientos falsos.

-¿Es por eso que por ejemplo, por regla general, usted no incluye música en sus películas?

-No veo cuál es su utilidad. ¿Para qué subrayar una secuencia con música? Yo hago cine realista, y en la realidad no hay música de fondo. Por regla general, los directores la utilizan para esconder los defectos del argumento o de la puesta en escena. Cuando una secuencia no funciona, añadimos un segmento musical y así creamos emoción o suspense. Como digo, me parece repugnante.

-Señor Haneke, ¿tiene usted miedo a la muerte?

-No, pero tengo miedo al sufrimiento. Todos deseamos morir en la cama, durmiendo, pero es muy raro. Cuando uno llega a una edad como la mía, se da cuenta de que muchos compañeros de viaje ya han muerto. Además, me olvido de las cosas con mucha más frecuencia que antes. Envejecer no conlleva nada bueno.

-¿Ni siquiera más sabiduría?

-No, eso me parece una idiotez. Si nos equivocamos menos que cuando éramos jóvenes es porque somos más escépticos respecto a nuestros propios sentimientos. Envejecer significa sobre todo perder, se pierde ilusión y se pierde sensibilidad.

-Tiene fama de director autoritario. ¿Es merecida?

-Trato de ser educado, pero puedo llegar a ponerme nervioso. Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero si alguien comete tres veces el mismo error durante el rodaje, puedo volverme muy desagradable. Lo único que me importa es el resultado. Aunque te comportes como un idiota, si haces bien tu trabajo todo el mundo querrá trabajar contigo. En cambio, si lo haces mal da igual que seas un tío estupendo, porque la gente apartará la vista de ti y te despreciará. Aunque no quiero decir que sea necesario ser un cretino para hacer una buena película.

-También se dice que es un cineasta serio.

-Soy serio. Una vez, en el teatro, me arriesgué con la comedia, y fue mi mayor fracaso. A un fabricante de zapatos no se le puede pedir que confeccione sombreros. Me gusta ver buenas comedias, pero no tengo talento para hacerlas. Dicho esto, tener una mirada seria sobre la vida no está reñido con disfrutar de la risa, la comida y la bebida.

-Usted estudió psicología y filosofía. ¿En qué le ha ayudado ese bagaje a la hora de hacer películas?

-No lo sé. En esa época era un ingenuo, quería encontrar respuestas a las grandes preguntas. A final solo comprendí una cosa: que no hay respuestas. En todo caso, no fui un buen estudiante, porque iba al cine tres veces al día. Lo que más me enseñó sobre la vida fue descubrir el cine de Robert Bresson.

-¿Qué siente cuando le repiten una y otra vez que sus películas son obras maestras?

-Todo cineasta ve en sus películas solo los defectos, es una enfermedad profesional. Tan solo espero que nadie más los vea. Cualquier obra de arte tiene defectos, no somos dioses. Incluso Wagner o Mozart tenían fallos.