NUEVA ETAPA EN EL PALAU NACIONAL

El MNAC abre la puerta al arte y la gestión del siglo XXI

Miquel Roca y Pepe Serra fijan un nuevo modelo de museo

Pepe Serra (izquierda) y Miquel Roca, ayer en el MNAC.

Pepe Serra (izquierda) y Miquel Roca, ayer en el MNAC.

NATÀLIA FARRÉ / Barcelona

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Ràfols Casamada, Hernández Pijuan, Perejaume, Fontcuberta (por nombrar algunos). Y Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). Lo que hasta la fecha parecía impensable -arte posterior a la década de los 70 en las salas del Palau Nacional- será una realidad en la nueva etapa que el centro de Montjuïc ha empezado a tejer. Nuevo proyecto y nuevos gestores -Pepe Serra y Miquel Roca, director y presidente, respectivamente-, que ayer, en su presentación a la prensa, dejaron claro que crisis económica no significa crisis de ideas, y que unos presupuestos magros (16.798.825 euros, un 14% menos que en el 2011) no son excusa para renunciar a la ambición de colocar al MNAC en el siglo XXI y convertirlo en el mascarón de proa del sistema museístico de Catalunya.

Sin entrar en proyectos concretos, ambos responsables desgranaron las que serán las principales líneas estratégicas de su gestión y que supondrán un cambio radical en una institución aletargada. La primera sacudida tiene forma de ampliación, tanto conceptual como física. «La competencia del MNAC sobre el arte catalán es absoluta» y «queremos y hemos de tener arte contemporáneo», según Serra. Pero crecer cronológicamente implica crecer espacialmente. Y aquí la mirada se pone en los palacios de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia de la Fira, dos pabellones «con clara vocación museística».

CENTRO VERTEBRADOR / Quizá los citados son los cambios más llamativos pero no son los únicos ni probablemente los más importantes. Tanto Roca como Serra piensan en un nuevo modelo de museo. ¿Cuál? «El integrado en la vida cultural y social del país, no el reverenciado desde la distancia», explica Roca. Y que pasa por algo similar a lo hecho por el nuevo director del MNAC en su etapa de responsable del Picasso: potenciar la colección, «hacerla más atractiva y generar nuevos puntos de vista», apunta Serra; la investigación, «ningún museo puede ser líder sin ella», continúa, y la transversalidad. Este último, un concepto muy citado por el director y que tanto vale para releer la colección como para pensar en un patrimonio de obras único -obviando la titularidad de las piezas-.

Dar motivos al público, nacional o extranjero, para subir a Montjuïc y convertirse en el centro vertebrador del sistema museístico del país son otras de las líneas de actuación esgrimidas por los dos responsables para conseguir un museo «que no se parezca a ningún otro».