LA MUERTE DE UN MÚSICO CARISMÁTICO

Johnny Winter, el guerrero del blues

El fogoso guitarrista de Tejas fallece a los 70 años

Johnny Winter, el pasado 15 de mayo, en la sala Apolo de Barcelona.

Johnny Winter, el pasado 15 de mayo, en la sala Apolo de Barcelona.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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La galería de los guitarristas eléctricos surgidos en los 60 tiene en Johnny Winter a un icono asociado a digitaciones temperamentales, agresivas, y al fogoso diálogo entre el blues y el rock. En los últimos años, el músico tejano, albino, de melena rubia, parecía recuperado de sus dolencias, y aunque paseaba una figura frágil, con problemas de movilidad y tocando sentado, sus dedos respondían. Por ello, la noticia de su muerte, que se produjo ayer a primera hora de la mañana en Zúrich (Suiza) por causas que aún no han trascendido, fue una sorpresa.

Con 70 años cumplidos el pasado 28 de febrero, Johnny Winter arrastraba una carrera de cerca de cinco décadas en las que dio un enfoque propio al blues tejano, basado en la guitarra y apuntalado en la labor previa de instrumentistas como Freddie King y Albert Collins. Debutó con The progressive blues experiment (1967), editado por un pequeño sello, y su carrera dio un paso al frente al año siguiente, cuando Mike Bloomfield le invitó a subir al escenario durante un concierto con Al Kooper en Chicago, ante un público que incluía ejecutivos de Columbia.

DE DYLAN A LOS STONES / El fichaje fue inminente y el disco Johnny Winter (1969), con su hermano Edgar a los teclados, encarriló el rumbo. Un año después actuó en Woodstock y publicó Second winter, que incluía sus incendiarias versiones de Highway 61 revisited, de Dylan, y el rock'n'roll Johnny B. Goode, de Chuck Berry. Con una nueva banda, Johnny Winter And, a principios de los 70, en la que figuraba otro guitarrista carismático, Rick Derringer, incorporó otro famoso cover, el de Jumpin' Jack flash, de los Stones. Versiones, estas, que se convertirían en clásicos de sus repertorios hasta nuestros días.

Johnny Winter And supuso su apuesta más rockera, rondando un territorio hard, pero las esencias del blues volvieron a capturarle y, en 1977, produjo el álbum de regreso de Muddy Waters, Hard again, así como los dos siguientes; las obras póstumas del gigante del Misisipí. Siguió publicando con regularidad hasta su fundido en los años 90, cuando el prolongado consumo de heroína lastró su salud y ofreció conciertos muy bajo de forma, como en el Poble Espanyol (1999). Pero se rehizo, publicó un par de discos dignos en siglo XXI y nos volvió a visitar repetidamente, la última vez hace solo dos meses en la sala Apolo. Tenía un nuevo disco a punto, Step back, previsto para septiembre y con colaboraciones de Eric Clapton, Ben Harper y Joe Perry (Aerosmith).