George Clooney, padre de familia

Los estrenos cinematográficos de esta semana nos confirman, por un lado, hasta qué punto los cineastas suelen ser esclavos de sus métodos y obsesiones y, por otro, lo rápido que ha perdido la gracia la tendencia de apropiarse de métodos y obsesiones ajenos. Empecemos por el principio y tomemos como ejemplo a Alexander Payne, que a lo largo de su carrera se ha mostrado particularmente interesado en retratar el fracaso masculino. Magníficamente interpretado por George Clooney, el protagonista deLos descendienteses el menos patético y más honrado de sus personajes, un hombre forzado a reexaminar su relación con sus hijas y con su esposa cuando un accidente deja a esta última en coma, y después de descubrir que hasta entonces le estuvo poniendo los cuernos.

Los descendientes transita sigilosamente un terreno que Payne conoce bien: la mezcla afectiva y efectiva de tragedia y comedia, de melodrama y sátira, con el fin de contar una historia modesta sobre el amor, la familia, la pérdida, el perdón y la redención. En otras palabras, tan grande como la vida.

Asimismo, estén o no situadas en la carretera todas las películas de Payne -Citizen Ruth(1996),Election(1999),A propósito de Schmidt (2002) yEntre copas(2004) son las anteriores- sonroad moviesque escenifican viajes de autodescubrimiento. Temáticamente,Los descendientes-reciente ganadora del Globo de Oro a la mejor película dramática- se asemeja sobre todo a A propósito de Schmidt, el relato de un hombre ordinario, recientemente jubilado --extraordinario Jack Nicholson--, que decide asumir un mayor control sobre su vida antes que sea demasiado tarde.

'JACK Y SU GEMELA'/ TambiénJack y su gemelahabla de la importancia de la familia y de las raíces, pero para ello se sirve de un personaje que vendría a ser el equivalente de un tumor que debe ser quitado por motivos de salud lo antes posible. Se trata de una señora gorda y hortera a la que interpreta Adam Sandler. Cuando no aparece en pantalla travestido y con voz de falsete, Sandler también da vida al Jack del título. La película funciona como la mayoría de las comedias del actor: incluye a un niño grande cabreado y secundado por una mujer cortada según el patrón de Marge Simpson (Katie Holmes); cameos de amiguetes como Shaquille O'Neal o John McEnroe, un montón de chistes fáciles o chabacanos a costa de las diferencias físicas y étnicas y, a última hora, una sustitución del desprecio por la condescendencia para demostrar lo buen tipo que Sandler es en el fondo.

'ORO NEGRO'/ El francés Jean-Jacques Annaud siempre ha sido un culo inquieto. EnDos hermanos(2004) se enfrentó a tigres asiáticos del sudeste; retrató a monjes lamaístas enSiete años en el Tíbet (1997) y a miembros de una tribu neolítica enEn busca del fuego(1981), y ahora enOro negro ha puesto la mirada en Oriente Próximo y, en concreto, en el origen de la industria del petróleo. Annaud intenta revelar los estragos causados por la llegada del capitalismo norteamericano a un mundo no exactamente preparado para un cambio tan radical. A pesar de que las repercusiones geopolíticas del asunto son especialmente pertinentes a la luz del 11-S y de la Primavera Árabe, Annaud prefiere contar un cuento lleno de trajes exóticos, vistas imponentes del desierto, muchos camellos y montones de extras.

Por último,Bunraku también está llena de señas de identidad, pero ninguna de ellas le pertenece. Es una colección de citas al expresionismo alemán, a las películas de artes marciales de Hong-Kong, a la versión televisiva deBatman, al cine negro y el de samuráis y el wéstern, al Drácula de Coppola, a Terry Gilliam, a Luc Besson, aSin City, a Dick Tracy,al teatro japonés de marionetas que da a la película su título y en realidad a casi todo. Su director se llama Guy Moshe pero, ¿no da más bien igual? ¿No es el pastiche a estas alturas una forma poco efectiva de tratar de esconder la falta de personalidad o de ideas?