RESCATE

El fantasma de Perucho

Una antología devuelve a la actualidad al autor más heterodoxo de la literatura catalana al cumplirse 11 años de su muerte En su décimo aniversario no hubo homenajes oficiales

El escritor Joan Perucho, en su domicilio barcelonés, ocho meses antes de su muerte en octubre de 2003.

El escritor Joan Perucho, en su domicilio barcelonés, ocho meses antes de su muerte en octubre de 2003.

ELENA HEVIA / BARCELONA

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Joan Perucho (Barcelona, 1920 - 2003) fue un extraño contador de historias, todas ellas marcadas por un gusto juguetón y erudito por la fantasía y la fabulación. En sus narraciones es fácil encontrar (en recuento del propio autor): alquimias, castillos, perfumes, animales fantásticos, cortesanas francesas, magia, gastronomía y antiguos bailes de disfraces. Perucho es el raro de la literatura catalana, el heterodoxo que se siente a sus anchas entre espejos y fantasmas. «Hay mucha gente que no ha visto en su vida un fantasma [...] -escribió-. Es gente que no tiene imaginación ni gusto por el riesgo y la aventura. Pasan por la vida sin darse cuenta de lo que se pierden. Prefieren, naturalmente, un coche y una segunda residencia cómoda».

Once años después de su muerte, quizá a Perucho le complazca haberse convertido en un fantasma, es decir, un ser fascinante que no todos tienen la fortuna de poder ver, es decir, un autor de culto para un grupo selecto de lectores. Quizá sea esto lo que explique que cuando el año pasado se cumplió el décimo año de la muerte del escritor, discípulo de Eugeni D'Ors, no hubiera homenajes oficiales (conocido es el contencioso del autor con Jordi Pujol a quien reprochó agriamente no haberle felicitado cuando recibió el Premio Nacional de las Letras).

Pero las cosas parecen estar cambiando. Un libro, en castellano, 'Joan Perucho. De lo maravilloso y lo real' Fundación Banco de Santander) se propone darlo a conocer en toda España en una selección de sus textos realizada por la crítica Mercedes Monmany y el próximo año se publicará la que será su biografía definitiva escrita por Julià Guillamon, uno de los grandes conocedores del autor.

La antología, que fue presentada en el Gran Teatre Liceu, expresa una de las características del autor, perfectamente bilingüe, que en la mayoría de los casos solía versionarse al castellano. «Él siempre dijo que había llevado lo catalán a la cultura española», asegura Monmany. Si Perucho no ha estado nunca en el centro del canon catalán -aunque, curiosamente, Harold Bloom sí colocó sus 'Històries naturals' en el anexo de su Canon occidental- es, en opinión de Monmany, a causa de «su dedicación a la literatura fantástica en un momento en el que la corriente fundamental se adscribía al realismo». Es un caso semejante al de su amigo, el gallego Álvaro Cunqueiro, con quien compartió heterodoxia, amor a la fantasía, la gastronomía, y «por vivir en una burbuja cultural y estética».

¿Qué diría del 'Procés'?

De lo maravilloso y lo real transita por esos dos mundos, y aunque el primero fuera, sin duda, el favorito del autor, nos hay que desdeñar los textos plegados a la realidad. Bajo el título 'Teoría de Catalunya y misterios de Barcelona', y en el artículo, 'El nacionalismo', Perucho, gran amante de las citas a las que sabía dotar de un singular efecto cómico, rescata un desconocido, encendido y primerizo texto del general Prim en el que se dice: «¿Son los catalanes españoles? Pues devolvedles las garantías que les habéis arrebatados, garantías que son suyas, que tienen derecho a usar de ellas, porque las han conquistado con su sangre; igualadlos a los demás españoles; si no los queréis españoles, levantad de allá vuestro reales, dejadlos, que para nada os necesitan». Mercedes Monmany asegura no tener respuestas para la pregunta del millón: ¿Qué diría Perucho del Procés?