EXPOSICIÓN

Oscar Masotta, de Lacan al 'antihappening'

El Macba recorre la trayectoria intelectual del pensador argentino y su incidencia en la Barcelona de los 70

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Natàlia Farré

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Difícil de explicar. Difícil de entender. Pero interesante de conocer. Así es el personaje y la obra de Oscar Masotta (Buenos Aires, 1930 – Barcelona, 1979), intelectual reconocido como introductor del pensamiento lacaniano en lengua castellana y como crítico literario. Pero esta figura, crucial para la modernización cultural argentina en las tres primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX, fue mucho más. Participó también del arte, del cómic y de la política. Y su pensamiento, complejo, articuló paradigmas del existencialismo, el estructuralismo, la fenomenología, la semiótica amén del psicoanálisis.  Y ese "itinerario intelectual" que "configura un escritor-faro" es, a juicio de Ana Longoni, lo que recorre la exposición que comisaría en el Macba: 'La teoría como acción' .

La muestra, hasta el 11 de septiembre, empieza con la presentación del personaje. Y nada mejor que un retrato de Eva Perón para dar la bienvenida. Un recuerdo de una de sus acciones más provocadoras, la de repartir estampas de la que fue primera dama argentina en los bares donde se reunían los intelectuales antiperonistas. Esta pieza da cuenta de su lado revolucionario. La parte dandi y excéntrica la explica la figura de un yacaré en una vitrina: tenía uno por mascota en su casa y los invitados eran siempre advertidos de vigilar no ser mordidos en los tobillos. Cartas, fotografías, documentos y dibujos personales dan paso a su estancia en Barcelona. Llegó en 1975 huyendo de la persecución y la violencia que se vivía en Argentina. Fueron solo cuatro años porque murió en el 79, poco tiempo pero suficiente para dejar huella.

En el taller de Josep Guinovart

"Se introdujo muy rápidamente en la escena contracultural de finales de la dictadura y principios de la transición", apunta Longoni. Y lo hizo replicando el modo de trabajo que había introducido en Argentina, los llamados grupos de estudio, "un modo de transmisión de conocimiento y producción de conocimiento extraacadémico muy horizontal, donde no se impartía una clase magistral sino que se producía de una manera colectiva el abordaje de la lectura", sostiene la comisaria. El primero lo hizo en el taller del pintor Josep Guinovart, por allí pasaron numerosos jóvenes interesados en el psicoanálisis, como Pepe Espaliú y Alberto Cardín. Esta parte, la dedicada a su relación con la contracultura catalana del momento, es la que se ha añadido a la exposición que debutó el año pasado en México MUAC (Museo Universitario Arte Contemporáneo) y que viajará a Buenos Aires después de verse en Barcelona.

Hasta aquí su lado más reconocido, pero Masotta también tuvo una fuerte relación con la vanguardia artística argentina y las transformaciones que sufrió el arte en los 60.  Escribió sobre ello y acuñó el término 'Imagineros argentinos’ para hablar del pop art en su país. Ahí está un conjunto de obras firmadas por Eduardo Costa, Marta Minujín, Charlie Squirru, Dalila Puzzovio y Luis Wells. Y fue además pionero de la lectura del cómic en clave semiológica. Publicó libros sobre el tema y organizó la Primera Bienal Mundial de la Historieta en el Instituto Di Tella (1968). A ello también dedica un apartado la muestra.

El jabalí muerto

Con todo, lo más llamativo son sus 'happenings' y su 'Antihappening'. Este último, también llamado 'Happenning para un jabalí muerto' (1966), es una obra seminal y fundamental del grupo Arte de los Medios, formado por Masotta, Roberto Jacoby, Eduardo Costa y Raúl Escari. Pasar no pasó nada, pero la prensa no lo entendió así. El grupo se encargó de difundir un dossier de prensa, con fotos trucadas incluidas, sobre una acción que en realidad no había ocurrido. Dieciséis diarios mordieron el anzuelo y lo publicaron como cierto.  "No se trataba de demostrar que los medios de comunicación no comprueban la información sino evidenciar su capacidad de de construir acontecimientos", afirma Longoni, que añade: "Hoy la posverdad es una idea bastante extendida, pero en el 66 era muy anticipatoria de la actual deriva". Toda una noticia falsa 'avant-la-lettre'.