ENTREVISTA

Jorge Drexler: "Tus cambios nunca son tan radicales como crees"

El cantautor uruguayo inaugura el festival Guitar BCN con la presentación de 'Salvavidas de hielo' en el Liceu

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zentauroepp41780207 barcelona 20 01 2018 icult presentaci n del festival guita180126160754 / RICARD CUGAT

Jordi Bianciotto

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Siguiendo una vez más aquella máxima de su canción 'Todo se transforma', Jorge Drexler regresa cambiado: su nuevo disco, 'Salvavidas de hielo', está hecho tan solo de voz y guitarras, aunque utilizando este instrumento de formas variadas e inhabituales. Para su puesta en directo se sirve de un grupo de cuatro músicos, como se podrá observar este sábado en el Liceu, en el recital de apertura del festival Guitar BCN.

Está acostumbrando a su público a los cambios drásticos de un disco a otro. Siempre me ha gustado el movimiento pendular, ir de un lado a otro, y lo digo sin tener claro que eso sea una virtud ni saber por qué es así. Sí, este disco está en el polo opuesto del anterior, 'Bailar en la cueva', que era un disco de expansión tímbrica. Aquí el movimiento es más hacia adentro, una implosión hacia un instrumento, la guitarra, que uso desde hace 45 años.

¿Tiene la sensación de que 'Bailar en la cueva', un disco marcado por el ritmo, le llevó a un lugar que no era el suyo? No, la libertad de cambiar de formato me da una imprevisibilidad que me hace feliz, y ahora el factor bailable de aquel disco ya ha sido asumido por el público, que en los conciertos ya está dispuesto a ponerse de pie. Pero sí es cierto que percibo en la gente que este disco vuelve a algún sitio. La guitarra, la toques como la toques, con púa, con los dedos, con escobillas, percutiéndola…, siempre acaba sonando a madera. Y asociamos la madera a la canción de autor, más que una batería programada, lo cual es una asociación caprichosa.

Lo que llamamos canción de autor puede expresarse en muchos formatos. La única definición de canción de autor que me interesa es la más abierta posible. Cuando junta las dos palabras y pasa a ser el cantautor de género, a mí ya empieza a dejar de gustarme porque lleva adjuntas un montón de características muy limitantes. El concepto de canción de autor nunca me gustó. Me gustan los cancionistas, y ahí meto desde Beck hasta Monteverdi pasando por Matthew Herbert o Gershwin.

"El concepto de canción de autor nunca me gustó, porque lleva adjuntas un montón de características muy limitantes"

¿Cree en su identidad artística por encima del lenguaje sonoro que ocasionalmente pueda utilizar? Sí, eso es lo que me permite cambiar sin miedo a que se desnaturalice la propuesta. Con el tiempo uno va aprendiendo cosas. Cuando piensas que has cambiado mucho de un disco a otro, luego lo ves con perspectiva y ves que la identidad propia prevalece y que tus cambios no son tan radicales como creías.

El disco se abre con 'Movimiento': "Somos una especie en viaje / No tenemos pertenencias, / sino equipaje". Esa es una idea muy presente en su obra. ¿No se siente de ningún lugar? Me doy cuenta de que este disco está lleno de paradojas y contradicciones. Es mi visión del mundo, que se mete en las canciones. Pues claro que me siento de un lugar: nací en el barrio de Atahualpa, de Montevideo, y me crié en Punta Gorda, y voy por Montevideo y me siento perteneciente a ella, lo que pasa es que con el tiempo mi área de empatía se ha ido ampliando, igual que se ha ampliado el círculo de empatía de la humanidad. Al principio solo considerábamos humanos a los que pertenecían a nuestra familia, nuestro clan, luego a nuestra tribu, a nuestra nación, a nuestra religión, a nuestra clase social… Y más allá del discurso 'new age’' el mundo entero tiende a compartir leyes, monedas, libertades civiles, criterios de vacunación… Y ahora que ya hace 22 años que me fui de Uruguay, mentiría si dijera que no me siento en casa en Pemuco, Chile, o en Guadalajara, México. Me quedaría a vivir en muchas ciudades.

En el disco hay una canción, 'Pongamos que hablo de Martínez', que evoca precisamente su llegada a Madrid, en los años 90. La dedica a Sabina, que tuvo un papel en aquel viaje: usted cruzó el Atlántico esperando verle pero sin haber atado el encuentro. ¡Es imposible atar del todo algo con Joaquín! Le mandé una carta desde Montevideo y volvió al remitente, casa de mis padres, cuando yo ya llevaba seis meses viviendo en España. Estaría mal la dirección. Sí, Joaquín me invitó a venir a España después de haber hecho de telonero suyo en el Teatro de Verano, en Montevideo, y cometí la imprudencia de seguir ese consejo delirante. Y le mentí. Me preguntó: "¿Tienes algún compromiso?". Y le dije que no, cuando tenía todos los compromisos que te puedas imaginar: de pareja, de trabajo… Yo era el hijo mayor de una familia de médicos trabajando en la clínica familiar.

Tenía la vida montada. Claro, y ahí empieza mi huida de los caminos fijos, de lo que se supone que es tu destino. Pasé mucho miedo, porque tenía la vida resuelta en Uruguay, pero una  vez que renuncias a eso y no solo no pasa nada sino que ves que eres más feliz y que aumenta tu libertad, empiezas a arrinconar tus pertenencias y a cuestionarlas.

"Joaquín Sabina me invitó a venir a España y cometí la imprudencia de seguir ese consejo delirante"

Quizá dice eso porque le ha ido bien. Si no hubiera prosperado como cantante tal vez no habría desarrollado su teoría del movimiento. Probablemente, los discos están basados en la experiencia personal, aunque yo intento extrapolar y no mirar al mundo solo a través de mi experiencia. Pero si tú vives una apertura y una ruptura y te sale bien, es lógico alimentar esa sed de libertad y de exploración.

Respecto a la canción dedicada a Sabina, se la mandó por una nota de voz de whatsapp. ¿Esperaba su aprobación antes de grabarla? No, pero la canción estaba dedicada a él y lo primero que hice fue mandársela. Si no le hubiera gustado…, creo que la habría sacado igual, porque es una canción de agradecimiento escrita por mí. Aunque hubiera sido fea, era mi derecho hacerle ese agradecimiento. Es una canción que no tuve que desarrollar, salió entera tal como está en el disco. La empecé a escribir a las diez de la mañana y a las doce y media él ya la tenía.

En disco hay sonidos de percusión, ¿proceden todos de la guitarra? No hay ni un instrumento a parte de la guitarra. Lo único que hay son baquetas con las que golpearla, mazas, escobillas de jazz… Hemos trabajado con el clavijero, el resonador del dobro, las cuerdas sueltas, y con guitarras grandes y chicas. El disco sigue el concepto de Matthew Herbert en discos suyos con fuentes únicas de sonido, como 'Around the house', 'Bodily functions' o 'The mechanics of destruction', donde cada canción tiene un instrumento que él deforma digitalmente.

El disco de voz y guitarra puede responder al cliché de la vuelta a las raíces o la destilación del estilo, pero al mismo tiempo no tiene nada que ver con eso sino con la exploración. Ahí hay otra de las paradojas, que el disco juega con una expectativa, la guitarra y la voz, y no la cumple, porque es eso pero a la vez es el trabajo con más percusión que he hecho, a ratos incluso más que 'Bailar en la cueva'. Parece un disco de vuelta a la raíz, y lo es y no lo es. Hay una economía de medios, pero no es un disco minimalista, porque es muy denso en texturas. Y el 'salvavidas de hielo' te salva pero no te salva: es una oda a lo efímero y a lo transitorio.

"Mis guitarristas favoritos son los que asocian el instrumento al canto: Atahualpa Yupanqui, Joao Gilberto, J. J. Cale..."

Los guitarristas que más ha escuchado, ¿son cantautores o solistas del instrumento? Siempre  me ha gustado la combinación de la guitarra con el canto: Atahualpa Yupanqui, João Gilberto, J. J. Cale, George Harrison… Guitarristas que utilizan el arte trovadoresco tradicional. También estudié guitarra clásica diez años y me gusta mucho la guitarra instrumental. No me había hecho esta pregunta nunca, pero sí, mis guitarristas de referencia son los que asocian el instrumento al canto.

La gira de 'Salvavidas de hielo' comenzó en el Cono Sur. ¿Cuáles son sus sensaciones? Siempre he encarado el directo de un modo diferente al disco, y estoy muy contento con el quinteto y con adquisiciones como Javier Calequi, un guitarrista que me permite descansar y tener las manos más libres. Mi impresión es que el disco está gustando más de lo que pensaba: 12 'sold outs' en Argentina, Chile y Uruguay, incluyendo cuatro noches en el  Grand Rex, de Buenos Aires. Nunca me había pasado. Y luego, el repertorio no tiene casi canciones en común con el de la última gira. Esto lo aprendí de Caetano [Veloso], que solo deja un par de canciones de un 'tour' a otro. En estos conciertos no toco nada de 'Eco', ni de 'Sea'. Tengo ya un montón de canciones como para dejar descansar algunas.

La última vez que actuó en Barcelona, hace año y medio en el Teatre Grec, tuvo que suspender a medio recital por la lluvia ¿Se acuerda? Nunca me había pasado, todavía lo recuerdo y me pongo mal. Dejar un concierto en la décima canción es la experiencia más frustrante. Me quedé muy triste, tengo muchas ganas de volver a tocar en Barcelona.