ENTREVISTA CON LA Escritora

Elvira Lindo: «Hablo sobre cosas que no se dicen»

ANNA ABELLA
BARCELONA

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-La protagonista es una mujer joven, madre de un niño de 4 años, sola, que trabaja en la radio, en el Madrid de los 80. Dice en su blog que ella se parece a quien usted fue. Hay mucho de su vida en el libro.

-Claro. Aunque yo me esfuerzo en decir que es una novela. Hay demasiado morbo en cuanto a la intimidad femenina. En España el mundo de la cultura es más retorcido y que escritores varones utilicen su propia vida como materia prima para una ficción no genera tantos comentarios como cuando lo hace una mujer. Un crítico me dijo que eran unas memorias encubiertas. ¿Quién es él para decir eso? Si yo escribiera unas memorias no estarían contadas así. Este libro tiene una forma muy literaria.

-El título de Lo que me queda por vivir surgió del de un bolero.

-Cuando estaba escribiéndola lo escuché y me pareció bonito el contraste entre el tono de confesión melancólica del libro y lo que sugiere el bolero, que es luz, esperanza y optimismo. La letra viene a decir que como el dolor que le tocaba vivir ya lo ha agotado ahora le quedan muchas cosas por delante.

-Se mete en la cabeza de la protagonista. ¿Cómo es?

-Sí. Más de un psicólogo me ha preguntado si tenía estudios de psicología. Ella está pensando todo el rato: '¿qué siento? ¿por qué lo siento? ¿porqué me pasa esto?' Analiza continuamente lo que tiene alrededor. Es una mujer que está demasiado sola, que no quiere estarlo pero quiere elegir con quién estar. Y tiene muchas contradicciones, es moderna y progresista pero le pesa la tradición de su familia, es de ciudad pero tiene un vínculo muy fuerte con lo rural, es madre pero se siente como una hermana para su hijo. Genera empatía con el lector por cómo vive las cosas devastadoras que le pasan.

-Y es un ser vulnerable marcado por la temprana pérdida de su madre.

-Con su muerte ella empieza a sentir ese desamparo, no sabe muy bien cómo actuar. La orfandad recorre toda la novela. Hasta que sufre una crisis muy grande no empieza a ser una persona madura y a valerse por sí misma. Busca controlar su vida.

-Trata temas como el suicidio, el aborto, las drogas...

-Creo que la definición del libro me la dio un lector: habla de cosas que no se dicen. Si te quedas huérfano muy pronto no vas contando por ahí cómo te has sentido desamparado. Las cosas que ella confiesa son cosas que suelen dar pudor.

-Su hijo tiene hoy 25 años. ¿Se vio muy retratado?

-El niño es el personaje más real, da luz al libro. Es muy difícil dibujar el personaje de un niño tan pequeño. Es más fácil ponerse en la piel de un asesino que hacer creíble el personaje de un niño. Es necesario haber tenido algún tipo de cercanía con un niño pequeño. Mi propio hijo fue realmente mi modelo. Creo que lo ha leído con mucha emoción y se ha sentido muy bien retratado.