ANáLISIS

Dioses y hombres en los festivales europeos

Patricia Petibon y Pavol Breslik, en la 'Lulu' vista en Salzburgo.

Patricia Petibon y Pavol Breslik, en la 'Lulu' vista en Salzburgo.

Rosa Massagué

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En la ópera muchos son los hombres que se enfrentan a los dioses y de la colisión nace inevitablemente la tragedia. Con tal planteamiento, se presenta este año el Festival de Salzburgo, un punto de partida que tiene su máxima expresión en el de Bayreuth con sus dramas wagnerianos, aunque allí los hombres aparezcan este año disfrazados de ratones.

EnLohengrin, la insistencia de Elsa, azuzada por la perversa Ortrud, por conocer el nombre y el origen del misterioso salvador desencadena la tragedia. En la versión estrenada en esta edición del festival de Bayreuth, el director teatralHans Neuenfeldssitúa la acción en una clínica o un laboratorio experimental.Richard Wagnerdecía que esta era su ópera más triste. Por el contrario, los simpáticos animales, que se mueven a la perfección en el escenario, dan un toque divertido y alegre al drama, peroNeuenfeldsconoce bien la obra y al final aparece el pesimismo en toda su magnitud.

El nuevo Plácido Domingo

Es la primera vez que el veterano director teatral, una de las grandes figuras de la escena alemana, dirige una producción en Bayreuth. También han debutado el letónAndris Nelsons, de 32 años, al frente de la orquesta, y el tenorJonas Kaufmannen el papel protagonista. El cantante es el gran atractivo de este festival. Con 41 años, su voz está en un momento excelente. Su versatilidad hace que algunos lo consideren el nuevoPlácido Domingo.Lo podrán comprobar los espectadores del Liceu en octubre en un recital. Más de uno asegura queNelsons yKaufmann, cada uno en su terreno, son el futuro de la interpretación wagneriana. La soprano Annette Daschqueda algo deslucida en el papel de Elsa ante la potente interpretación deEvelyn Herlitziuscomo la mala Ortrud.

Junto a este nuevoLohengrin, el festival repiteParsifalen la producción de Stephen Herhaim,bajo la batuta deDaniele Gatti,yLos maestros cantores de Nuremberg. Los abucheos a la dirección escénica de ésta última, firmada porKatharina Wagner, van en aumento con el paso de los años, mientras el directorSebastian Weigle, sin arrasar, va ganando el aplauso del público. Para dioses y hombres enfrentados,El Anillo del Nibelungo dirigida musicalmente porChristian Thielemanny escénicamente porTankred Dorst. Esta tetralogía, que no pasará a la historia, se despide en esta edición a la espera de una nueva en el 2013, año del bicentenario del nacimiento del compositor. Dos años sin tetralogía en Bayreuth son una gran pérdida de aliciente para los wagnerianos y un importante desafío para las directorasKatharinayEva Wagner.

Quien se despide este año en Salzburgo es el director del festival, Jürgen Flimm. Si bien es un director de escena muy reconocido, no dejará una huella imborrable en la ciudad austríaca. En cuanto a los dioses, aunque sean humanos, el directorRiccardo Muti,una de las grandes estrellas del festival salzburgués, no acaba de convencer al frente de la Filarmónica de Viena enOrfeo y Euridice,de Gluck. El público está cada vez más acostumbrado a escuchar este tipo de música con instrumentos de época y en lecturas contemporáneas. A la dirección clásica del italiano, pese a ser impecable, le falta chispa. Tampoco ayuda una dirección escénica plana firmada porDieter Dorn.Las tres voces protagonistas,Elisabeth Kulmann(Orfeo),Genia Kühmeier (Euridice) yChristiane Karg(Amore), defienden correctamente sus papeles.

Anticipo del Liceu

Nada divina, extraordinariamente humana, pero sobre todo trágica es Lulu,deAlban Berg, una de las joyas de la ópera del siglo XX. Bajo la dirección deMarc Albrecht,los filarmónicos vieneses brillan en todo su esplendor, mientras la dirección escénica deVera Nemirova, con decorados deDaniel Richter,refleja el mundo que se va degradando al tiempo que lo hace la protagonista. En el escenario hay un anticipo de las voces que cantarán laLulu que se verá en el Liceu en noviembre:Patricia Petibon, en el agotador papel protagonista;Michael Volle (Dr. Schön y Jack el destripador), yFranz Grundheber(Schigolch), todos ellos excelentes.

El tercer gran festival europeo de ópera, el de Aix en Provence, vuelve a sus orígenes tras una costosísima incursión en la tetralogía wagneriana. El festival, con más de 60 años, nació como un homenaje a Mozart y de él presenta este añoDon Giovanni, bajo la batuta deLouis Langréey la dirección escénica deDmitri Tcherniakov. El ruso ha reinterpretado la historia dándole otra dimensión y asignando otros papeles a los personajes, pero no cuadra. Ver al protagonista, interpretado porBo Skovhus, como si fueraMarlon BrandoenEl último tango,no funciona.

Por el contrario,Alceste,deGluck, con una granVeronique Gens de protagonista, y conIvor Boltonal frente de la Orquesta Barroca de Friburgo, yChristof Loyen la dirección escénica, no solo funciona. Demuestra que los hombres pueden ganarle la partida a los dioses.