crítica de cine

'Las distancias': Reencuentro no deseado

Elena Trapé intenta concentrar en un fin de semana berlinés los deseos, crisis y frustraciones de todos los personajes

Quim Casas

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'Las distancias' ilustra muy bien la situación a la que se enfrenta todo autor después de un debut muy bueno o sorprendente. El primer filme de Elena Trapé, 'Blog', narraba con maestría la historia de unas adolescentes que toman una decisión radical, utilizando muy bien los mensajes de texto y otros artilugios de las redes sociales en el devenir de la historia y mostrando un cine de adolescentes distinto, reflexivo, espontáneo. 

Han pasado ocho años desde entonces. Trapé solo había rodado el documental sobre Isabel Coixet, 'Palabras, mapas, secretos y otras cosas' (2014). Casi una década después de aquel brillante debut regresa a los dominios de la ficción con 'Las distancias'. Y aunque el relato tiene momentos intensos y un acabado sólido, no sorprende como el 'Blog' adolescente en su mirada sobre unos personajes más maduros físicamente que aquellas adolescentes y, quizás, aún más inestables emocionalmente.

Las distancias se acoge a una fórmula, la del reencuentro entre amigos. Tres treintañeros y la novia de uno de ellos, amigos desde la universidad, vuelan a Berlín para hacerle una visita sorpresa a un quinto compañero que está a punto de cumplir los 35. Este no les reciben con alegría, más bien todo lo contrario. A partir de ese reencuentro no deseado por uno y progresivamente cuestionado por los otros, Trapé intenta concentrar en un fin de semana berlinés los deseos, crisis y frustraciones de todos ellos. Algunos diálogos suenan impostados y el proceso de rechazo mutuo, a veces tan furibundo, hubiera necesitado de un poco más de calma expositiva para ser verdaderamente creíble.