Cor Vivaldi: El conjunto es lo que cuenta

El grupo 'amateur' con currículo profesional ha grabado más de 20 discos, ha puesto banda sonora a Almodóvar y va a por el Guinness

Cor Vicaldi, 25 aniversario

Cor Vicaldi, 25 aniversario / periodico

MARTA CERVERA

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Si el Barça es más que un club, el Cor Vivaldi-Petits cantors de Catalunya es más que un coro. Solo así se explica cómo esta formación nacida en el seno de la escuela Ipsi de Barcelona ha alcanzado cotas tan altas de calidad y prestigio para un conjunto amateur. El empeño de su impulsor y sabio director, Òscar Boada, siempre en busca de retos musicales, unido a la pasión por la música de los integrantes de la coral han hecho posible que esta temporada el Cor Vivaldi celebre por todo lo alto su 25º aniversario.

El testigo del amor y respeto a la música ha ido pasando de promoción en promoción. A sus 11 años, Paula Rodés, una de las actuales 45 integrantes del coro, sigue el ejemplo de sus hermanas mayores, Anna y Núria. El ADN del Cor Vivaldi ya forma parte de la familia. Anna, la primera del clan que se convirtió en vivaldiana –así se denominan los miembros entre ellos– recuerda que para ella lo mejor del Cor Vivaldi fue descubrir no solo la música, sino la posibilidad de viajar.

Abrir mentes

“Gracias a las actuaciones que hacíamos, recorrimos toda Europa. Lo recuerdo como una experiencia impagable. Aprendí a ver el mundo con una mirada mucho más abierta”, apunta Anna.

Ella permaneció en el coro desde el antiguo 6º de EGB hasta segundo de Bachillerato. Ahora compagina la música con su carrera como abogada en Manresa. Dos días a la semana acude a Barcelona para ensayar y mantener activa su voz. “Cuando terminé en el Ipsi, hice pruebas para entrar en el Cor Jove del Orfeó Català y me cogieron.

Este año he pasado a formar parte del coro de adultos del Orfeó”, añade orgullosa. “Cuando has jugado al nivel de la Champions, bajar a tercera regional ni te lo planteas. Quiero seguir cantando grandes obras en grandes auditorios”, señala Anna, que interpretó la monumental 'Octava Sinfonía' de Mahler en el Auditori a principios de mes.

Exigencia y sacrificios

La exigencia, dedicación y sacrificios que le pidió el Cor Vivaldi han merecido la pena. Tanto ella como sus hermanas –Núria, de 23, que se ha pasado a la música moderna, y Paula, miembro del coro– admiten que fue duro sacrificar la hora del patio para ensayar. Pero a la larga han visto recompensado su esfuerzo.

“El Cor Vivaldi te enseña que el trabajo bien hecho no tiene precio”, afirman. Ese es uno de los valores que llevan grabado a fuego todos los vivaldianos. Más que los aplausos, “la satisfacción de ver cómo tu voz logra alcanzar un objetivo que te parecía imposible es la mayor recompensa que puedes tener”, explica Paula, la pequeña del clan Rodés.

Su último reto fue el 'Te Deum', de Albert Guinovart, obra conmemorativa del 25 aniversario del Cor Vivaldi, estrenada en el Palau de la Música Catalana, que volvieron a interpretar el 22 de marzo en el Auditori Axa, sede de su temporada, junto con el 'Stabat Mater', de Peter Bacchus. La reacción del público fue entusiasta.

“La obra de Guinovart tenía una melodía y una armonía muy gratas y entiendo que gustara. Pero la de Bacchus, que es más abstracta, también obtuvo una recepción muy calurosa pese a tener un estilo más agresivo. Fue un éxito porque la interpretación fue la adecuada”, dice orgulloso Òscar Boada, el exigente director que alterna la mano de hierro en los ensayos con el guante de terciopelo con el que atiende a las necesidades de sus alumnos para minimizar los conflictos que puedan surgir entre los conciertos y obligaciones del coro con los estudios.

Más allá de la música

“El Cor Vivaldi transmite una disciplina muy buena. Les enseña no solo a cantar sino a priorizar y planificar. Yo siempre les digo a mis alumnos que todos deberían pasar por el coro”, explica una profesora del Ipsi.

Entrar en el coro cada vez es más difícil. Hay que pasar unas pruebas. “Tras 25 años, todo el mundo tiene claro qué supone entrar en el Cor Vivaldi. Es una formación exigente que requiere presencia, trabajo y sacrificio tanto a los cantores como a sus padres y madres, a los que nunca podremos agradecer bastante su incondicional apoyo”, dice Boada.“En estos momentos, tras tantos años, el reto es mantener el listón alto”, recuerda el pedagogo musical que lidera este potente grupo con integrantes que van de los 9 a los 18 años.

Atraer a voces masculinas sigue siendo “una asignatura pendiente”, reconoce. Pero está contento porque en la actualidad tiene a media docena de varones en la formación. Hasta ahora, las chicas siempre han dominado numéricamente. “Ellas son mayoría. A los chicos, por lo general, les tira más el fútbol. Y cuesta retener a los pocos que tenemos porque su vida vocal es más corta. Su voz de soprano dura poco. Pero si consiguiera juntar un grupo de 15 sería distinto, porque cuando cambiaran la voz tendría tenores y bajos suficientes para hacer un coro, como ocurre en la Escolanía de Montserrat, por ejemplo”.

Aliados tecnológicos

Los móviles han facilitado la comunicación con las familias. Ahora los padres no han de esperar mucho tiempo en la esquina del colegio para recoger a los intérpretes tras regresar de un concierto a horas intempestivas. Es lo que tiene el mundo del espectáculo. Que se lo digan a los integrantes del coro que han participado en producciones del Liceu como 'Carmen', de Bizet, o 'Street scene', de Weill. “Cantar en el Liceu es impresionante, es diferente de cualquier otro auditorio”, confiesa Paula, que aún no ha debutado en ninguna ópera, pero sí ha cantado en concierto en el coliseo.

Nuevos retos

“Mi labor como director es ofrecer nuevos retos”, destaca Boada, que ya piensa en la nueva versión de Els pastorets, de Guinovart, que cantarán en el Liceu el 20 y 21 de diciembre con la orquesta del Gran Teatre. Pero también tiene otros planes: lograr el Guinness por cantar la partitura con más voces blancas [más de 40 cantantes]. Mariona Vila compondrá la obra.

Más allá de su desarrollo vocal, lo que realmente aprecian los integrantes del Cor Vivaldi es la sensación de comunidad que se ha creado entre ellos. “He conocido a gente nueva, unos más jóvenes, otros más mayores, que se han convertido en amigos. Si tienes problemas, sabes que puedes hablar con ellos sin que te juzguen”, asegura Paula. “Estamos todos muy unidos. Somos como una familia”. A diferencia de sus hermanas mayores, Paula era muy tímida y entrar en el coro ha supuesto un revulsivo.

“Aunque continúo siendo bastante tímida, reconozco que esta experiencia me ha ayudado a sacar la voz y a sentirme más segura, y no solo en escena”, señala. Ella, como la mayoría de vivaldianas, se introdujo en la música desde pequeña. Empezó cuando estaba en párvulos, en P4, y desde entonces siempre ha estado ligada a la coral del colegio Ipsi. Desde pequeña fue absorbiendo de manera natural cómo desarrollar no solo su voz sino valores universales de convivencia.

Trabajo de equipo

Ella lo explica así: “La música te enseña a ver las cosas de otra forma: a estar dentro de ella, a concentrarte y a tener en cuenta que no estás solo, que hay más gente que tú y que no puedes actuar solo, sino que debes colaborar con el resto”. Sin formar equipo hubiera sido imposible llegar tan lejos: grabar más de una veintena de discos y DVDs, tener temporada propia en el auditorio de la Illa Diagonal y haber participado en las bandas sonoras de 'La mala educación', de Pedro Almodóvar, y 'Frágiles', de Jaume Balagueró, entre otras.

Más allá de conquistar el Gran premio de Arezzo y lograr la Creu de Sant Jordi, para muchos de los integrantes de este coro amateur las giras por Argentina y EEUU han sido la guinda a su trabajo. Pero, para Boada, de todos los cientos de conciertos realizados, el más especial fue uno en Vaison-la-Romaine, un pequeño pueblecito de La Provenza francesa al que acuden cada verano auténticos 'connaisseurs' de la música coral. “Fue un público fantástico y un concierto perfecto”, recuerda.

Su próximo compromiso en el Auditori AXA, el último de la temporada en Barcelona, el 28 de junio, también será especial: por primera vez, interpretarán completa la ópera infantil 'Joc de mans', de Alberto García Demestres.