De colonias con Velencoso

El modelo y actor sufre el azote de una infección salvaje en 'Summer camp', debut como director de Alberto Marini

Andrés Velencoso, Alberto Marini y Maiara Walsh, ayer en Sitges.

Andrés Velencoso, Alberto Marini y Maiara Walsh, ayer en Sitges.

JULIÁN GARCÍA / SITGES

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La premisa de Summer campdebut en la dirección del guionista italiano Alberto Marini, es sencilla: cuatro jóvenes estadounidenses se apuntan como monitores en una casa de colonias española, pero antes de que lleguen los niños una rara infección les llevará a un estado de furia extrema: ira, violencia, ganas de comerse los unos a los otros. No cuesta imaginar lo que viene después: una bacanal de sangre, esputos negros y carreras desenfrenadas que hizo reír y aplaudir a la parroquia más festiva de Sitges en sus dos proyecciones fuera de concurso. «La película es gamberra, aunque si quieres buscarle una tesis, puede tenerla: que el hombre reprime la maldad, pero es malo por naturaleza», sostiene su director, Alberto Marini, guionista de Mientras duermes (Jaume Balagueró, 2011) y El desconocido (Dani de la Torre, 2015), y productor de la saga [REC], en conversación con este diario.

A un par de metros de Marini, Andrés Velencoso reparte irresistibles sonrisas y desarmantes miradas a todo quien le pide una foto o un autógrafo. Él es uno de los monitores infectados de ese virus salvaje cuyos efectos evocarían, de algún modo, al que sufren los espeluznantes zombis de [REC]. «Me ha encantado esto de ser un infectado», nos cuenta Velencoso. «Siempre me han gustado las pelis de superpoderes, poder mover cosas y volar. Así que ser un infectado y tener fuerza sobrenatural ha sido muy, muy divertido».

Marini se declara fan de los infectados y de los hombres lobo como concepto. «No sé, es un tema que me fascina, el control de los instintos, dejar salir a la bestia y el mal que tenemos dentro. Summer camp se podría definir como una película de infectados con la mitología de los hombres lobo». Dicho de otro modo: nuestros monitores sufren una infección de duración limitada, lo que quiere decir que al cabo de un rato vuelven a la normalidad, pero sin recordar nada de lo que han hecho, ya haya sido arrancarle el brazo a alguien o clavarle una estaca en la cabeza. «Los personajes deben cambiar continuamente sus roles. El personaje empático se convierte en villano, y luego el villano vuelve a ser víctima empática. Esperamos que el espectador disfrute de ese juego. Todo el filme es un juego: primero parece un slasher ochentero, luego parece otra cosa y así sucesivamente».

CASI POR CASUALIDAD

Velencoso llegó a la película casi por casualidad. El actor que debía hacer su papel se cayó del proyecto a última hora, y alguien sugirió su nombre. «Fue una suerte que Andrés aceptara. Ha sido una gran sorpresa. Su papel funciona muy bien», afirma Marini. Velencoso solo tiene un reproche: «Muero enseguida. Duro aún menos que en Fin [el filme de Jorge Torregrossa con el que debutó en el cine en el 2012]. Hasta le dije a Beto [Marini] que me diera más cuerda. Jo, pero tú eres el guionista, ¿no? No hubo manera», afirma Velencoso entre risas, cada vez más dispuesto a tomar la senda del cine sin abandonar, por supuesto, la de la moda. «Soy un baby, un principiante, pero cada vez me siento más seguro. Mejoro. Me gusta».

Jaume Balagueró, amigo y socio en mil batallas de Marini, apadrina el proyecto, coproducido por Filmax y The Safran Company, la casa madre detrás de Expediente Warren. Junto a Velencoso, el reparto lo completan el actor y cantante mexicano Diego Boneta (todo un ídolo latinoamericano) y las actrices Maiara Walsh, presente ayer en la presentación del filme (todo simpatía y belleza natural), y Jocelin Donahue (La casa del diablo).

LA FINAL DE LA CHAMPIONS

«Para ser una película de estudio, estoy contento de que me hayan dejado trabajar con bastante libertad», opina Marini, que lleva un 2015 imparable, con Summer camp, sí, pero también con los guiones de la citada El desconocido y Extinction, de Miguel Ángel Vivas. «Bueno, es un poco casualidad que todo se haya concentrado en el 2015. Ha sido un buen año, sí, con solo una mancha: la final de la Champions. Soy muy fan de la Juventus. El fútbol me hace sufrir mucho. Fue una gran final, muy noble, pero... la perdimos. En agosto aún soñé un día que el árbitro pitaba el penalti a Pogba...».

Velencoso encoge los hombros. «Estuve en la final. Beto me llamó la víspera para decirme que la Juve nos metería caña. Luego, sí, me felicitó, pero me sacó lo del penalti. Que habrían ganado si... Ya, Beto. Y si mi abuela tuviera ruedas...».