PREMIO DE REFERENCIA

La beca Pau Casals se abre al mundo

Marta Casals, viuda del maestro, llama a preservar el compromiso ético y el ejemplo de dignidad del músico catalán

Beca Casals

Beca Casals / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Después de 32 años de historia, la Beca Pau Casals se abre al mundo. La ayuda que concede cada dos años la Fundación Pau Casals, instituida para impulsar la carrera de jóvenes músicos catalanes y del departamento francés de Pirineos Orientales (y a la que posteriormente se pudieron acoger también instrumentistas españoles) llegará este año a violonchelistas de la Unión Europea y de Puerto Rico, país donde falleció el famoso músico catalán. Y el próximo paso, según anuncia Marta Casals, viuda del maestro catalán, es ampliarla "al resto del mundo". El objetivo, señala, es convertir el premio en un "referente mundial". 

La beca asciende este año a 18.000 euros (6.000 más que en la última edición), y las condiciones para aspirar a ella pueden consultarse en la web fundacio@paucasals.org. El plazo para apuntarse termina el 30 de abril. Desde su creación, la Fundación Pau Casals ha beneficiado a numerosos músicos, entre los que destacan prestigiosos intérpretes como Arnau TomàsDamián Martínez, Pau Codina y Pablo Ferrández. El último ganador fue Pablo Pérez.  

JURADO INTERNACIONAL

El jurado internacional de la beca está presidido por Marta Casals, destacada activista musical galardonada en noviembre con el Living Legend Award en Estados Unidos, y compuesto por otros prestigiosos representantes de la cultura como Julius BerguerClaudio BohórquezLluís Claret y Josep Maria Escribano.

Como siempre, entre los objetivos prioritarios de la beca está apoyar a jóvenes violonchelistas en su formación y perfeccionamiento artístico, fomentar la relación entre los ganadores y potenciar su labor como embajadores de la Fundación Pau Casals, creada para promover el legado artístico, cultural y humano del universal músico catalán, nacido en El Vendrell en 1876 y fallecido en Puerto Rico en 1973. 

Además del premio principal, el jurado podrá otorgar menciones de honor y un accésit de 6.000 euros, este último destinado a músicos de Catalunya y del resto de España, de Andorra y del departamento francés de los Pirineos Orientales. Después de dejar Catalunya tras la Guerra Civil, Pau Casals se exilió en Prada de Conflent, pequeña población del Pirineo francés, desde donde trató de ayudar a todos los exiliados que dejaban el país. "La indignación no tiene ningún valor, ni tan solo moral. La única actitud digna es actuar", escribió Casals en una carta a su amigo Boaz Piller, director de la Sinfónica de Boston, para agradecer su ayuda con los niños y madres refugiados en la Maternitat d’Elna.  

Aquella tragedia le acompañó toda su vida. También el dolor por no poder regresar a su tierra, adonde juró no volver hasta que fuera un país democrático. El fundador de la Orquesta Pau Casals, embrión de la OBC, murió en Puerto Rico sin poder ver cumplido su sueño.

COMPROMISO ÉTICO Y MORAL

Tras la segunda guerra mundial, al comprobar la pasividad internacional, el músico decidió no volver a tocar en ningún país que reconociera el régimen de Franco. "Su compromiso ético estuvo siempre presente y queremos preservarlo desde  la Fundación", destaca Marta Casals, cuya labor se centra, subraya, en promover el legado humano y musical del maestro. Y, más importante, "controlar que no se tergiversen sus palabras".

El compromiso del maestro con la paz y la libertad le mereció a Pau Casals el honor de ser el primero en recibir la Medalla de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1971. Su legado se conserva en su casa museo de San Salvador (El Vendrell). "Todos los catalanes deberían visitarlo al menos una vez en su vida. Más allá de la música y los legados, es un sitio que emociona, motiva e inspira".