Duelo al rojo vivo

El sonido de los helicópteros se hace casi insoportable cuando sobrevuelan Maracaná mientras la estación de metro, situada a solo 300 metros del mítico estadio, empieza a escupir a miles de aficionados que asistirán este miércoles al duelo entre España y Chile (21.00, hora española). El partido es toda una final para la campeona del mundo. Si el equipo de Vicente del Bosque no gana al conjunto de Jorge Sampaoli, tendrá que empezar a hacer las maletas cuando solo habrá disputado dos partidos del Mundial de Brasil. En el cielo, los helicópteros vigilan, mientras una procesión roja avanza camino del mítico escenario del choque.

Hay mayoría de chilenos, que tienen en Alexis, el delantero del Barça, a su gran ídolo. Es su Messi. O su Iniesta. O todo a la vez, la esperanza de un país que se asoma a una oportunidad única."Sabemos que haremos algo histórico si eliminamos a los campeones del mundo", proclamó en la rueda de prensa Sampaoli, el heredero del 'Loco' Bielsa, el técnico que le dejó una obra maravillosa. Un equipo, como dicen los jugadores españoles, "suicida, valiente, intenso, agresivo" y, sobre todo, infatigable, que convierte cada balón en un asunto de vida o muerte.

Mientras miles de aficionados --de rojo los españoles, de rojo también los españoles-- caminan hacia Maracaná sintiendo que va a vivir algo histórico, Del Bosque no suelta prenda sobre los cambios que hará en el once inicial con respecto a aquel equipo que fue zarandeado de mala manera por Holanda el pasado viernes en Salvador de Bahía (1-5). Pedro, Cesc, Villa o Torres, incluso Javi Martínez aparecen en la lista de candidatos a ser titulares dentro de pocas horas. A partir de las nueve de la noche, el balón dictará sentencia. España se juega algo más que el honor.