Los hermanos pequeños de la Generación X

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Con 20 años, el idealismo y las ganas de transformar el mundo formaban parte de los argumentos que utilizaba cuando discutía con mi madre. Mientras ella me repetía que el tiempo ya me cambiaría, yo la miraba y pensaba que, en realidad, ella no quería aceptar su responsabilidad de mi espíritu crítico.

Por eso, cuando hablan de los 'millennials' como una generación inquieta, preparada, multitarea, impaciente, que informa, se comunica y trabaja de forma diferente, esta canción a mi me recuerda aquel anuncio del Renault Clio donde se nos clasificaba como «JASP, jóvenes aunque sobradamente preparados».

Y es que los medios de comunicación y las marcas se han empeñado en categorizar a la juventud de una forma homogénea, en un intento de entenderlos y, muchas veces, obedeciendo a estrategias de mercado, en lugar de hacerlo desde un punto de vista sociológico y antropológico.

En el estudio del 2015 del Pew Research Center sobre los nacidos entre 1980 y el 2000 ya se apuntan grandes diferencias entre países: en EEUU los 'millennials' representaban el 27% de la población adulta, a punto de sobrepasar en número la generación los 'baby boomers'; en la vieja Europa, alrededor del 50% de la población adulta está formada por personas de más de 50 años contra el 24% que representan los 'millennials'. En EEUU hay muchos más jóvenes que en Europa.

¿Nos hacemos una idea de las implicaciones que tiene esto para cada país a nivel laboral, de innovación y de emprendimiento?

El 70% de los 'millennials'  alemanes están satisfechos con la dirección que ha tomado su país, mientras que solo el 7% de los españoles o el 6% de los griegos están de acuerdo con la dirección de su país. No olvidemos que, en números absolutos, los 'millennials' alemanes representan 14,68 millones de habitantes, y que en Grecia son 2,02 millones.

Cuando se les pregunta por la satisfacción con su vida, donde cero es nada satisfecho y 10 muy satisfecho, el 56% de los 'millennials' europeos se sitúan entre un siete y un 10. Si lo comparamos entre diferentes generaciones, en España, el 61% de los 'millenials' están satisfechos con su vida contra el 49% de los adultos de más de 50 años. El estudio extrae que la felicidad para los 'millennials' no se basa exclusivamente en factores económicos o políticos, sino que está formado por muchos otros factores que las marcas buscan conocer con desesperación.

Los sectores inmobiliariofinanciero, del motor publicitario alarman con estudios hechos sobre el segmento de edad de los nacidos entre 1980 y 1995, que indican que la compra de casas en EEUU ha caído el 18% respecto a la generación anterior (estudio del Tesoro de EEUU y la fundación Finra), o que solo el 15% (según Goldman Sachs) considera la compra de un coche imprescindible.

¿Realmente estamos hablando, como muchos indican, que para esta generación hiperconectada, el lugar donde viven, cómo se desplazan o cómo se comunican ya no representa un símbolo de libertad? ¿Realmente están mucho más comprometidos que la generación anterior? Permitidme que discrepe. En un artículo publicado en 'Yorokobu' en el 2013, la periodista Mar Abades se preguntaba si «los 'hipsters' no eran los extraños hijos del anarquismo». Yo me pregunto si los 'millennials' no son en realidad los hermanos pequeños y listillos de la Generación X.

Me explico: soy de la Generación X, he vivido en una sociedad dominada por los 'baby boomers', la cual aún ahora representa, en promedio, más del 50% de la población adulta en Europa. Ellos nos etiquetaron, entre otras cosas, como la Generación Kronen que vivía al límite (por la novela Historias del Kronen, de José Ángel Mañas) o Generación Peter Pan, porque no queríamos coger responsabilidades como comprar una casa, casarse y tener hijos a pesar del 'boom' inmobiliario que vivía el país. La realidad era que en el 2005, el 58% de los trabajadores en España cobraba menos de 1.100 euros brutos al mes y jóvenes con idiomasestudios universitarios y másteres tenían pocas expectativas de mejora. Carolina Alguacil nos bautizaría como mileuristas (ella incluida), generación que pasaría a mejor vida, junto con la clase media, con el estallido de la crisis en el 2008. Con un paro juvenil del 55%, cobrar 1.000 euros al mes pasó a ser todo un lujo.

En este contexto, la Generación X, acusada de hiper individualista, tuvo tiempo de organizarse y participar en movimientos antiglobalización, concentraciones contra la guerra en los Balcanes o grandes manifestaciones que darían la vuelta al mundo, como las de 'No a la guerra'.  A pesar de que solo contábamos con móviles que enviaban mensajes SMS de 140 caracteres y a precios desorbitados. Era el germen del movimiento 15-M.

Mientras tanto, los 'millennials', como hacen los hermanos pequeños, observaban como nuestro idealismo no cambiaba el mundo, que las diferencias sociales se ensanchaban y que muchos movimientos sociales se transformaban en vieja política. No me extraña que no confíen en el sistema, que vayan a la suya y que hayan desistido de la crítica. Lo que me pregunto es cuánta gente debe morir ahogada en el Mediterráneo o cuántas imágenes de refugiados tienen que ver para que empiecen a levantar su voz. No lo entiendo, pero a lo mejor es que me he hecho mayor y, como decía mi madre, al final he cambiado.