Vampiros entre nosotros

LUCÍA ETXEBARRIA

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Relájate. Piensa ahora en una persona (novio/a, jefe/a, amigo/a, familiar…) de cualquier sexo con la que mantengas una relación complicada. Esta persona que se entromete en tu vida ignorando cualquier límite; que hace un problema grandísimo de algo insignificante; que se queja constantemente de su pareja, hijos, trabajo, salud, mala suerte; que culpa siempre a los demás de sus problemas, que no entiende un no por respuesta; que critica tu vestimenta, tu peinado, tu pareja, tus amigos, y hasta a tu mascota… Y a la que sin embargo tú quieres muchísimo, de la que no sabes o no quieres alejarte.

Ahora lee estas frases.

Él/ ella es:

A las buenas, exageradamente amable y cariñoso, muy generoso, muy entregado. Pero, a las malas, incapaz de debatir de forma civilizada. Se enfurece a menudo. Al final, tienes miedo de hablar con él/ella de ciertos temas.

Usa el «tratamiento del silencio». Si se enfada, puede dejar de hablarte durante días.

Echa mano del sarcasmo a menudo, te ridiculiza. Si protestas, dice que no tienes sentido del humor.

Se da excesiva importancia y exagera sus logros.

Los tuyos, sin embargo, no tienen mérito. Si apruebas una oposición, ha sido por suerte, y si asciendes en el trabajo es porque le caes bien al jefe.

Siente una extraña fascinación por tu trabajo o tu actividad. Al principio, te apoyaba mucho, luego empezó a minusvalorarlo.

Se rodea de personas muy creativas o ricas de cuya energía él/ella extrae provecho.

Vampiriza el trabajo de los demás y a veces incluso se lo adjudica.

Te señala constantemente todo lo que haces mal y debes mejorar. Dice que lo hace por tu bien.

Te compara a menudo con otra persona (su exmujer, su otra amante, su exnovio, tu hermano o hermana, un amigo común…), para mal.

Te recuerda en cada discusión todas las veces en las que tú has cometido un error. El/ella, sin embargo, no admite errores o fallos.

Usa mucho el «y tú más».

Nunca pide perdón.

Critica a tus amistades y a tus familiares.

Usa en tu contra historias íntimas que le has contado. Si pierdes la calma, eso es porque tu madre no te quería, o es porque estás de los nervios. Total, ¿no eras tú quien una vez, en una fiesta, le tiraste una copa a la cara a tu expareja cuando te dijeron que te había puesto los cuernos?

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En tu relación con él/ella te sientes culpable y dudas, no sabes si estás exagerando cosas que en realidad no tienen importancia.

Si se te ocurre apuntarle algo de lo anterior, lo niega.

Si al leer estas frases has pensado «sí, es así» en una, solo en una de ellas, tienes un problema.

Si lo has pensado en más de tres, estás cerca de una persona altamente tóxica.

Si has sido así en más de cinco, necesitas ayuda profesional.

El primer paso para salir de ese estado de sometimiento emocional es precisamente que te des cuenta de cómo te han manipulado, de que no estás siendo feliz como te mereces.

Se honesto con tus necesidades: Olvídate del refrán de que «quien bien te quiere te hará llorar» y aléjate de esa persona. Quizá necesites ayuda para conseguirlo, quizá necesites hablar con un psicólogo. Sé por experiencia que cortar lazos así es más difícil que dejar el tabaco, el café o el chocolate blanco (al cual me confieso adicta). Pero se puede.

Si se trata de una persona que debes ineludiblemente ver o tratar (un familiar, el padre o madre de tus hijos), mantén el equilibrio interior. Cuando sabes que es esa persona, y no tú la que tiene un problema (porque es negativa, belicosa, envidiosa, narcisista, manipuladora) puedes mantener una distancia emocional que te permite observar su comportamiento desde afuera, sin que te afecte.

Si no, aléjate. No mires atrás. No es viaje para cobardes Tampoco es viaje de un día. Es el viaje de una vida: El que te lleva a ser todo lo feliz y sereno, todo lo beneficioso para los demás, que puedes ser. A ser la persona que tus amores de verdad merecen.

Si no te has sentido identificado con nada, no sabes cómo y cuánto te envidio y cuánto te felicito. Te ruego entonces que le des a leer este artículo a quien creas que lo pueda precisar. Más personas de las que crees necesitan tomar conciencia de lo que les pasa.