BATALLA JUDICIAL CONTRA EL ORGANISMO INTERNACIONAL

Víctimas del cólera en Haití demandan a la ONU

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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durante más de un siglo, Haití estuvo libre de cólera. En octubre del 2010, 10 meses después de que un terremoto devastara el país, la enfermedad reapareció en la isla, causando la muerte de más de 8.000 personas e infectando a casi 700.000. Las investigaciones posteriores encontraron el origen de la epidemia en un campamento de los cascos azules de Nepal. Empezaron las reclamaciones y, a cada una, la ONU respondió que tiene «privilegios e inmunidad» que la eximen de responsabilidad. Ante la falta de opciones, ayer una coalición de grupos de derechos humanos presentó en un tribunal de Nueva York una demanda contra las Naciones Unidas.

En los documentos judiciales están representadas cinco familias de las cientos de miles afectadas por la epidemia de cólera que aún hoy, cuando lo peor ha pasado, sigue costando la vida a unos 1.000 haitianos cada año. Y aunque algunos expertos creen que un tribunal estadounidense difícilmente permitirá que salga adelante una demanda contra la ONU, Brian Concannon, abogado de uno de los grupos que la ha presentado, ayer se mostraba optimista. «La inmunidad absoluta  de la ONU está en peligro -dijo-. Si hay un caso que lo puede lograr es este, porque la responsabilidad es tan clara y el daño tan enorme».

ORIGEN CONFIRMADO / Diversos estudios científicos han confirmado que la epidemia surgió de un campamento de cascos azules de Nepal con comprobadas deficiencias sanitarias y se extendió por el país a través del río Artibonite. La cepa de origen de la infección es la misma que empezó a extenderse por Nepal en el verano del 2010. Uno de los informes que lo confirmó en el 2011 fue elaborado por expertos designados por la propia ONU.

Pese a las palabras de solidaridad con los haitianos del secretario general, Ban Ki-moon, y pese a sus llamadas a movilizar a la comunidad internacional «para trabajar juntos para asegurar mejor salud y futuro para el pueblo haitiano», la organización se niega a hacerse responsable. Se trata de una situación complicada para el Gobierno de Puerto Príncipe, que aún depende de la ONU para cuestiones de seguridad y apoyo económico (aunque un plan para mejorar los sistemas sanitarios y el acceso a agua potable ha conseguido solo 29 millones de dólares de los 2.200 presupuestados).

El jueves pasado, el primer ministro de Haití, Laurent Lamothe, dijo en un discurso en la sede de la ONU en Nueva York que la organización tiene la «responsabilidad moral» por la epidemia. Y esta misma semana, la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, rompió con la línea oficial y abogó porque se dé «compensación» a las víctimas del cólera.