Sin milagros en el instituto

Arriba, alumnos alemanes (de Hamburgo) que también se encuentran de intercambio en Llinars, aunque con un centro distinto. Abajo, alumnas del Institut Giola. A la derecha, una de ellas muestra una foto de algunos de los alumnos que se subieron en el

Arriba, alumnos alemanes (de Hamburgo) que también se encuentran de intercambio en Llinars, aunque con un centro distinto. Abajo, alumnas del Institut Giola. A la derecha, una de ellas muestra una foto de algunos de los alumnos que se subieron en el

TONI SUST / LLINARS DEL VALLÈS

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Cuando hay tragedias suelen llevar aparejado algún milagro, o sencillamente algo que parece un milagro. Un viajero que escapa por los pelos de la fatalidad, alguien que cambió súbitamente de planes, un niño que sobrevive a sus padres en el accidente. Pero no siempre sucede. En Llinars del Vallès (Vallès Oriental), una de las adolescentes alemanas que se disponía a volver a casa después de una semana en la localidad se dejó el pasaporte y tuvo que dar media vuelta para ir a rescatarlo. Al final tuvo tiempo, la familia que la había acogido la llevó al aeropuerto y eso trajo consencuencias funestas: logró subir al avión.

Durante un buen rato, muchos se aferraron al rumor: los estudiantes podrían haber perdido el avión, igual no estaban dentro del aparato que se estrelló. Pero no se tardó mucho en confirmar lo sucedido. Un total de 16 alumnos del Joseph-König-Gymnasium, de la localidad Haltern am See (de 38.000 habitantes, en Renania del Norte-Westfalia), 14 chicas y dos chicos, y dos profesoras del centro viajaban en el vuelo KU-9525. Tenían 15 y 16 años y habían sido acogidos por familias del pueblo en sus casas. Durante esos días visitaron Barcelona, Girona, Sitges.

Los alumnos concluían una semana de convivencias con base en Llinars del Vallès, donde estaban invitados por el IES Giola en función de un sistema de intercambio que llevó a alumnos catalanes a Alemania en diciembre.

EXCURSIÓN EL VIERNES

 «El viernes nos fuimos con ellos de excursión. Estaban muy contentos», explicó Ana García, de tercero de ESO, ante el Institut Giola. García se mostraba impactada por la tragedia, que según varios alumnos, dejó especialmente tocado al profesor de alemán, lógico enlace con los visitantes. «A nosotros nos tocaba ir el año que viene, pero ya no creo que vayamos», agregó García. A su lado, otra alumna, Mar Belmonte, no daba crédito a lo sucedido.

Horas después de que incluso se desplazara allí un equipo de apoyo psicológico, el centro escolar apenas daba señales de actividad. Con las clases suspendidas y el Giola casi vacío de alumnos, los profesores iban saliendo sin hacer comentarios, más o menos a la carrera. A las 19.30 hubo una misa -de la que la policía municipal desalojó a los fotógrafos- en la que se recordó a los alumnos de Haltern am See.

EL COLEGIO GINEBRÓ

A la celebración religiosa no acudió la otra cara de la presencia de Alemania en Llinars, 40 adolescentes germanos que también han pasado unos días en la localidad vallesana. Se da la circunstancia de que esta semana ha habido dos grupos de escolares alemanes en Llinars. Los 16 del Institut Giola y otros 43, estos provenientes de Hamburgo, que hacen intercambio con la escuela concertada Ginebró, según explicó a este diario el director del centro, Miquel Cluselles. Los 43 estudiantes -que vinieron con tres profesores y llegaron el martes 17, un día antes que sus compatriotas- se encuentran acogidos en otros 43 domicilios de Llinars. Ambos intercambios no guardan relación alguna, precisó Cluselles, que declinó entrar en más detalles sobre cómo los adolescentes de Hamburgo digerían la tragedia. La conocieron pronto, a media mañana, cuando hacían deporte en el pabellón municipal. Por la tarde, varios de los estudiantes alemanes estaban en la salida del centro, visiblemente cariacontecidos.

VOLVER A CASA

Según fuentes de la escuela Ginebró, allí supieron muy pronto que el accidente había tenido lugar. Menos de media hora después, la noticia había llegado a la jefatura de estudios del colegio. Entonces llegó el momento de hablar con los padres de los supervivientes, porque de algún modo se diría que son supervivientes. Los padres coincidieron desde Alemania en que lo mejor era no aplazar nada. Solicitaron que sus hijos recibieran apoyo psicológico y regresaran ya a casa. Algo que harán hoy mismo, de no mediar imprevistos. Y lo harán con la misma compañía que ayer estaba en boca de todos, la siniestrada Germanwings. Aunque la estadística afirma rotunda que no habrá dos accidentes seguidos, no suele servir para calmar a nadie. El único vuelo previsto por Germanwings para hoy entre Barcelona y Hamburgo está programado para las 13.20 horas, con llegada prevista a destino a las 16.00. Solo lo evitaría que se confirmaran los rumores de huelga o de una presunta negativa de los pilotos de la compañía a seguir volando con aparatos como el accidentado.

Llinars del Vallès y Alemania volverán a encontrarse muy pronto. Está previsto que alumnos del colegio Ginebró devuelvan la visita realizada por sus 43 homólogos hamburgueses. Lo harán en mayo, en un viaje que no se antoja sencillo, apenas un mes después del accidente que se ha llevado por delante a una quincena de estudiantes que en algunos casos, según contaban ayer algunos testigos, no habían visto el mar hasta esta semana.