CAMPAÑA MUNDIAL EN FAVOR DE LA MILITAR UCRANIANA

Salvad a la piloto Sávchenko

Crece la presión internacional sobre Rusia y su presidente, Vladímir Putin, para que libere a la soldado ucraniana, en huelga de hambre y líquidos

MARC MARGINEDAS

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En un debate organizado por la emisora independiente rusa Eco de Moscú en los últimos días, un contertuliano de simpatías opositoras no tuvo reparo en llegar al nudo gordiano de la cuestión: "Putin tiene ante sí a una oponente de altura, que está dispuesta a morir; eso cambia por completo la ecuación".

Y es que después de un año y medio en prisión, Nadezhda Sávchenko, la piloto ucraniana bajo arresto en Rusia acusada de haber facilitado con sus informaciones la muerte de dos periodistas rusos en la guerra del este de Ucrania, ha decidido tomar el destino en sus manos. Tras ver aplazado al 9 de marzo, por el tribunal que la juzgaba, el alegato final en la vista, la detenida decidió iniciar una huelga de hambre y líquidos, al tiempo que escribió una carta abierta pidendo al mundo que formara "un frente común" ante la amenaza que plantea "el nuevo agresor": la Rusia de Vladímir Putin. De ser hallada culpable, Sávchenko podría ser condenada a 23 años de cárcel.

En su última comparecencia ante el tribunal, la piloto se puso de pie en su silla y dedicó a los jueces un corte de mangas y una peineta.

CAMPAÑA MUNDIAL

La decisión de Sávchenko ha precipitado las cosas. Las peticiones dirigidas a Putin para su liberación se han multiplicado, mientras una campaña mundial en su favor ha tomado cuerpo en varias partes del mundo, con manifestaciones, no solo en ciudades ucranianas, como Kiev o Lviv, sino también en Londres o incluso en Moscú, tras la cual decenas de personas han resultado detenidas.

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, ha denunciado que la piloto fue encarcelada "de forma injusta" desde el 2014 sobre la "base de acusaciones falsas" y ha hecho un llamamiento a Rusia a liberarla "inmediatamente".  La UE, por boca de los portavoces de Federica Mogherini, jefa de la diplomacia europea, ha recordado a Moscú que es "responsable de la salud, el bienestar y los derechos humanos" de sus detenidos, y ha instado también a Moscú a liberarla. La Unión considera que el cumplimiento de los acuerdos de Minsk, que incluyen la liberación de las "personas detenidas ilegalmente", pasan por el regreso de Sávchenko a Ucrania.

El lunes, tres premios Nóbel de Literatura, la bielorrusa Svetlana Alexiévich, la austríaca Elfriede Jelinek, y el lituano-norteamericano Tomas Venclovaescribieron una carta, que fue apoyada por miles de firmas, entre ellas las del pensador Bernard Henry-Levy, el expresidente georgiano y gobernador de Odessa, Mijaíl Saakashvili, o la escritora rusa Liudmila Ulítskaya, en las que se instaba a los líderes europeos y estadounidenses a redoblar la presión sobre Moscú para que liberara a Sávchenko. "Nuestra capacidad de salvar su vida será una prueba para la efectividad de la diplomacia internacional, y nuestro compromiso con los valores europeos", asegura la misiva. "Las autoridades rusas se han burlado de la ley, de los derechos civiles y de su propia Constitución  y muestran desprecio por igual por la comunidad internacional y el protocolo de Minsk", constata.

Los hechos por los que se juzgan a Sávchenko se remontan al verano del 2014. Infiltrada en la retaguardia de las milicias prorrusas, Rusia la acusa de haber proporcionado los datos a un batallón ucraniano para bombardear un puesto de rebeldes en los que se encontraban dos reporteros de la televisión rusa, y mantiene que fue detenida cuando intentaba entrar en territorio de la Federación Rusa disfrazada como una refugiada. La defensa de la piloto sostiene que, en realidad, el bombardeo se produjo después de la detención y que fue trasladada ilegalmente -"secuestrada"- fuera de Ucrania. En su alegato final, Sávchenko asegura que, como militar, tenía todo el derecho a combatir en favor de su país.