Las irregularidades

Los líderes latinoamericanos se apresuran a felicitar a Maduro

Kirchner y Correa, entre los primeros en saludar el triunfo del excanciller

Cristina Fernández de Kirchner.

Cristina Fernández de Kirchner.

ABEL GILBERT
BUENOS AIRES

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«El pueblo ha decidido que la revolución bolivariana continúe», dijo el boliviano Evo Morales. «Felicitaciones a su nuevo presidente, Nicolás Maduro. Memoria y gratitud por siempre al amigo y compañero Hugo Chávez», escribió en Twitter la argentina Cristina Fernández de Kirchner. El cubano Raúl Castro calificó de «trascendental» su triunfo electoral. El ecuatoriano Rafael Correa concentró en un tuit toda la retórica posible: «Gloria al bravo pueblo que el yugo venció». Los presidentes más cercanos al extinto Hugo Chávez avalaron de inmediato los resultados de la contienda. Ellos, junto al uruguayo José Mujica, se harán presentes el viernes cuando Maduro tome posesión de su cargo.

Nadie duda de la legitimidad de la victoria y se espera en las próximas horas que los observadores de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) la ratifiquen de manera enfática. Pero los números del domingo provocaron en los aliados de Caracas una sensación de escozor que las palabras de salutación en la red social no alcanzan a disimular.

UN PUNTO Y MEDIO/ El Gobierno brasileño captó de inmediato el significado del punto y medio que ha separado a Maduro de Henrique Capriles. Se supone que la presidenta Dilma Rousseff también estará en la capital venezolana el próximo viernes. Más allá de su presencia, Brasil tiene un mensaje para el heredero de Chávez: debe interpretar bien lo que sucedió el domingo y tomar medidas claras para solucionar algunos problemas cruciales como la inseguridad y el desabastecimiento. Maduro -y en esto coinciden otros líderes regionales- necesita adoptar una línea menos sectaria.

De acuerdo conFolha de Sâo Paulo, el canciller Antonio Patriota apuesta por una «transición suave». El deseo de la diplomacia es que Maduro «rescate su perfil conciliador».

La pregunta que, casi a coro, se formularon en distintas capitales latinoamericanas no tiene una respuesta a corto plazo. El tiempo, señalan, dirá si Maduro puede reconquistar la voluntad de esos venezolanos que le han dado la espalda.