NEGOCIACIONES EN VIENA

Irán y Occidente se dan otro plazo para anclar el acuerdo nuclear

Una mujer firma una petición durante una manifestación de los partidarios de la línea dura, que exigen un «buen acuerdo» a los negociadores iranís.

Una mujer firma una petición durante una manifestación de los partidarios de la línea dura, que exigen un «buen acuerdo» a los negociadores iranís.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Irán y las seis grandes potencias que negocian desde hace 20 meses para resolver el contencioso nuclear optaron por darse una semana más para llegar a un acuerdo, horas antes de que se cumpliera sin éxito el plazo preestablecido hace meses. La extensión de las conversaciones es una señal de la voluntad imperante para encontrar una fórmula que aporte garantías de que Teherán no podrá desarrollar una bomba atómica durante la próxima década a cambio de ver cómo se levantan las sanciones que asfixian su economía. Por el momento, la teocracia iraní está cumpliendo con sus compromisos, según se dispone a confirmar hoy la Agencia Internacional de la Energía Atómica.

El acuerdo nuclear con Irán es la mayor apuesta del presidente Barack Obama para dejar huella en el orden geopolítico antes de abandonar la Casa Blanca. Desde su llegada al poder en el 2009, el líder de la superpotencia ha buscado el acercamiento a los enemigos históricos de Estados Unidos. Su cortejo inicial a la Rusia de Vladímir Putin fracasó estrepitosamente, pero con Cuba ha logrado poner en marcha un proceso de normalización diplomática tras más de medio siglo de enfrentamiento. Irán sería la guinda de su estrategia. Si le sale bien la jugada, no solo desactivaría la posibilidad de una guerra, sino que sentaría las bases para cooperar puntualmente con un país que tiene una de las llaves de la estabilidad de Oriente Próximo. Esa perspectiva, sin embargo, aterra a saudís e israelís, los rivales más viscerales de Teherán.

MORATORIA

A falta de un acuerdo inmediato, las conversaciones con EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania continuarán hasta el día 7 «para dar más tiempo a negociar una solución a largo plazo», anunció el Departamento de Estado. La moratoria aborta el dramatismo tras una jornada de dudas y diálogo interrumpido por la decisión del ministro de Exteriores iraní, Mohammad Zarif, de volver a su país para consultar con la cúpula dirigente. «El diálogo ha alcanzado un punto muy sensible», dijo Zarif tras regresar a Viena acompañado del jefe de la agencia de la energía atómica, Alí Akbar Salehi, ausente en las últimas jornadas por una operación. «Ya tenía mandato para negociar y estoy aquí para cerrar un acuerdo que creo que tenemos al alcance».

FLECOS

Diversas fuentes sostienen que quedan todavía muchos flecos por resolver. Cuestiones como en qué momento se levantarían las sanciones, el grado de acceso de los inspectores internacionales a las instalaciones iranís o el tipo de actividades de investigación y desarrollo nuclear avanzado que Irán podrá llevar a cabo durante los diez años que como mínimo duraría el acuerdo. «Hemos hecho algunos progresos, pero todavía no hemos llegado al final del proceso», dijo el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius.

Obama ha sido mucho más transigente que su predecesor en la Casa Blanca con los términos de la negociación. Al igual que los halcones del Congreso, Bush quería que se desmantelaran muchas de las plantas nucleares y se impidiera a Teherán enriquecer uranio, uno de los procesos, junto a la producción de plutonio, que permiten generar energía o fabricar eventualmente una bomba en función del grado de enriquecimiento. Irán ha negado reiteradamente que su programa persiga fines militares.

CENTRIFUGADORAS

Obama, en cambio, se conforma con una reducción del número de centrifugadoras y la reconversión de algunas de las instalaciones para prevenir sus potenciales dimensiones militares. Quiere esencialmente alargar el plazo que Irán necesitaría para alimentar una bomba y aumentar sus posibilidades de descubrirlo redoblando las inspecciones.

Hasta ahora, Irán ha cumplido con los términos del acuerdo preliminar de noviembre del 2013. Según fuentes diplomáticas citadas por Associated Press, ha reducido su inventario de uranio enriquecido a los niveles pactados, un hecho que refrendará hoy mismo un informe de la Agencia de la Energía Atómica. Es una buena noticia para Estados Unidos, después de que el líder supremo de Irán arrojara dudas sobre el acuerdo la semana pasada. El ayatolá Alí Jamenei afirmó que las sanciones deberían levantarse en cuanto se firme el acuerdo, cuando las grandes potencias apuestan por un ritmo gradual, y que en ningún caso los inspectores tendrán acceso a las bases militares, como quiere Washington.